Imprecisión y lentitud fueron las palabras que mejor reflejaron los primeros instantes del partido, donde se vio a dos conjuntos más preocupados por descubrir las falencias del rival que aprovechar las virtudes propias. Pero a medida que el reloj marcaba el ritmo del tiempo inicial, las líneas chillanejas se fueron ajustando. Esteban González comenzó a ganarle la espalda a Rafael Olarra y Renato Ramos asustaba con su presencia en el área, pese a la estatura y calidad de Mauricio Victorino.

Ñublense merecía con creces la apertura de la cuenta. Es más, Renato Ramos abandonó por un instante el área mayor e intentó con un zurdazo colocado batir a Pinto. La U acusaba la ausencia de un conductor y un "retrasado" Edson Puch no conseguía suplir de buena forma el puesto de Walter Montillo.

Pero en un minuto de inspiración, una serie de pases entre  Edson Puch, Nelson Pinto y Manuel Villalobos, terminó en los pies de Olivera, quien apuró el paso ante la salida de Leonardo Zamora y casi arrastrándose por el suelo la punteó para provocar los festejos en los hinchas azules.

A la vuelta del descanso, Ñublense perdió su línea futbolística y se esmeró -y hasta se obsesionó- en buscar por arriba a Renato Ramos, cuando el juego demandaba hacerlo a ras de piso. En algo ayudó el delantero Luis Flores Abarca, quien en evidente posición de adelanto ingresó al área, pero torpemente Mauricio Arias lo derribó. Penal.

Ramos no le pegó bien. Le dio mordido, sin convicción. Algo extraño, considerando que fue el más incisivo del ataque chillanejo. Pinto adivinó el lado, la manoteó y luego pegó en el poste. Y así el grito de gol quedó atragantado hasta una nueva oportunidad.

El penal errado no aminoró el espíritu de Ramos, quien siguió intentando, por arriba y por abajo, tener su revancha personal. Pero el equipo no la ponía contra el piso, salvo cuando ingresó el argentino Martín Cortés, quien aportó en la tenencia del balón y generó alerta en la zaga azul.

Hasta que llegó el minuto 90 y el estadio era una caldera. Más cuando Olivera otra vez aprovechó la desidia roja y sentenció el resultado final. Dos toques, dos goles. Canasta perfecta para un goleador que cada partido robustece su tórrido romance con la barra azul.

Goles: 0-1 38' Juan Manuel Olivera (U). 0-2 90' Juan Manuel Olivera (U).