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Low perfil

Mitad y mitad. Cincuenta por ciento obra de Stefanki, cincuenta por ciento talento sudamericano. Fernando González está jugando el mejor tenis de su vida y apunta lejos en el US Open aunque pocos lo dan como candidato de primera línea. Pero mejor así... calladito.

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Por Rodrigo Hernández, enviado especial a Nueva York

 

Alguien dijo alguna vez con el mejor spanglish de Miami y sus alrededores que lo más conveniente es el bajo perfil. Y en un torneo como el US Open vaya si lo es. Menos presión, exposición mediática y dedos apuntando como uno de los favoritos del campeonato.

 

Hoy, técnicamente, Fernando González es uno de los candidatos de segunda línea del torneo. Pese a que remató segundo tras Andy Rodick en la gira de cemento que antecede al cuarto Grand Slam y se ganó un bono de 50 por ciento sobre su recaudación en Flushing Meadows, la prensa del circuito, por ahora, no lo sitúa entre los máximos aspirantes y, de verdad, es mejor así.

 

Si hacemos memoria, González comenzó a trabajar con Larry Stefanki en la Copa del Mundo de Düsseldorf a mediados de mayo. Pero por razones obvias no metió mano en el juego de Fernando hasta después de Roland Garros porque no era conveniente hacer innovaciones a una semana del abierto francés.

 

Tras caer insospechadamente en segunda vuelta con Novak Djokovic se separaron por un par de semanas reencontrándose días antes de Wimbledon donde el número uno de Chile no logró repetir los cuartos de final de 2005, pero dio una primera señal de pequeños cambios en su juego al ganar dos rondas y caer con David Ferrer en un partido que tenía ganado.

 

A diferencia de años anteriores cuando eligió la gira de arcilla post Roland Garros, el "Bombardero" apostó por el cemento norteamericano. No fue casual. Detrás estaba la mano de Stefanki que tendría más tiempo para trabajar con él y la decisión estratégica de ir jugando en la misma superficie que sería escenario de los grandes eventos: Toronto, Cincinnati y Nueva York.

 

La apuesta pagó. González fue de menos a más. Primero con cuartos de final en Indianápolis, después con semifinales en Los Angeles y luego con las semifinales en Toronto y Cincinatti. Ocho triunfos en estas dos últimas semanas al más alto nivel en una secuencia inédita en torneos de Masters Series.

 

Ahí la influencia de Stefanki ya fue visible. Como lo ha sido esta semana en Nueva York donde González está instalado en tercera vuelta sin perder un solo set (una marca que pueden lucir sólo 10 de los 31 clasificados, hasta ahora, a esa etapa). "Me siento más completo, tengo más recursos, el slice me da mucha seguridad en los puntos largos, estoy pegando más suelto el revés, en la devolución me siento más cómodo y estoy yendo con más frecuencia a la red", confiesa González describiendo los aspectos más visibles de su evolución... y la influencia de Stefanki.

 

Hace un par de días se le preguntó a Nadal por sus favoritos y nombró a Federer, Berdych, Gasquet y Murray. De González no se acordó. Mejor. Que nadie lo nombre. Que la organización lo siga mandando a la sala de prensa más pequeña con los periodistas chilenos y un par de colegas sudamericanos. Bajo perfil neto. Despacio. Sin ruido, pero hablando en la cancha. Como lo viene haciendo hace un mes. Porque capaz que la actuación que por tanto años el tenis chileno esta esperando en un Grand Slam esté a la vuelta de la esquina.