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El día previo de la hazaña o de más de lo mismo…

A horas de la final del Abierto de Australia, Fernando González reconoce que hay armas para obtener la victoria, pero es innegable que Roger Federer es favorito. Aunque estemos tranquilos, pues dijo que si pensara que va a perder ya estaría en Santiago.

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Por José Arnaldo Pérez, enviado especial a Melbourne japerez@cooperativa.cl

 

¿Cuántas veces hemos estado en instancias grandes? Pocas para un país como el nuestro. ¿Cuántas de esas veces hemos sabido capitalizar ese éxito previo para concretarlo en el triunfo final? Aún menos.

 

Y usted se preguntará y por qué este tipo de consultas. Muy simple porque ahora que Fernando González, luego de su impecable camino, está en la final del Abierto de Australia, debemos dejar fluir libre nuestras alegrías y emociones, ya que son pocos estos pasajes en nuestra historia, aunque en mi calidad de profesional de las comunicaciones debo poner un poco de freno al desmedido optimismo.

 

Y más respecto de aquellos que sólo ven el blanco y el negro en los resultados. Es decir, victorias como revoluciones deportivas, o derrotas como catástrofes nacionales. Ya que en esos ligeros análisis nunca se acuerdan que los otros también juegan. Y en esta oportunidad quien está al frente es para muchos el mejor tenista de la historia. Que de las nueve confrontaciones previas ha dejado con amargura en igual número a Fernando…

 

Pero calma, no se apresuren en sacar conclusiones de que quiero envolverlos a todos en una nube pesimista. Es más bien aterrizarnos en la realidad, ya que ayer, y bien merecido era, anduvimos cabalgando por las estrellas luego del impecable triunfo ante Tommy Haas.

 

Ahora llegó el momento de la mesura, previo al último asalto al bastión anhelado. Donde si no hay mente fría para atacar cuando corresponde, seremos víctimas de esa ansiedad. Fernando González, y que es lo más importante, tiene muy clara esta situación: "No estoy ansioso, ya se ha visto reflejado eso en mis partidos previos ante Blake, Nadal o Haas, desde un momento inicial he querido ganar, pero siempre esperando el momento adecuado".

 

Ese es el punto entonces, no enloquecerse. Porque estamos muy cerca de la hazaña. Pero un día normal de Federer nos puede poner bruscamente en la realidad, que con el número uno nada es fácil y allí pasaríamos a lamentar una vez más la derrota. Siguiendo con esa sempiterna lamentación que "una vez más estuvimos tan, pero tan cerca". Pero los cerebros demuestran con esos gritos llenos de pasión, pero faltos de razón, que están tan, pero tan lejos de entender la dinámica del deporte.

 

Obvio que Roger Federer es el favorito. ¿Pero tiene tres brazos? No ¿Tiene cinco ojos? No ¿Es más veloz que un fórmula uno? No ¿Salta proporcionalmente más que una pulga? No. Lo que quiero hacer patente es que Federer es número uno del mundo merced a su talento. Y para doblegar ese don preciado se debe ser más rápido –de mente y cuerpo-, más inteligente, más calculador y, obvio, con un corazón gigante. Es decir, se puede, claro que sí, pero bajo esa dura lucha. Que Fernando está dispuesto a dar: "Si pensará en que voy a perder ya estaría en Santiago".

 

Y que el mismo técnico Larry Stefanki agregó al plantearle a la BBC que "Fernando debe jugar lo que él sabe y ha hecho en este torneo, este no es el momento de improvisar".

 

O sea, estemos optimistas en que tenemos un jugador que lo está haciendo bien, que ha madurado -aunque eso me hace albergar todavía más esperanzas al futuro, ya que recién da los primeros pasos por esa madurez- y está ampliando sus horizontes con mejores golpes. Pero seamos realistas en el hecho que todo será muy complicado. Tanto como el análisis del partido, ya que si gana aún no será el mejor del mundo, y si pierde no es para apagar la radio. ya que reitero. Fernando llegó a la final gracias a un crecimiento.

 

¿Conformismo barato? En lo más mínimo, siempre debe ganar uno y aquí hay 127 que pierden. Lo importante es cómo. ¿Y qué queda de eso?. No en vano los más grandes deportistas de la historia siempre dijeron que sacaron más lecciones de la derrota que la victoria.

 

Fernando ya tuvo nueve lecciones (derrotas), y sacó muchas conclusiones frente a Federer. El aún no ha estudiado ese texto, no sabe que es estar del otro lado frente al nuestro. Y eso es algo a favor para González. Llegó el momento para que Federer sea más grande aún, que no sólo siga acumulando tesoros, sino que entre a estudiar… Y Fernando quiere darle esa opción. Y nosotros estaremos allí para ver si logró una hazaña o fue más de lo mismo. Y deberemos seguir estudiando.