Ítalo Pedemonte repasó su accidente en el Dakar: Pude haber muerto
El piloto chileno Ítalo Pedemonte se recupera lentamente de un accidente que lo tuvo al borde de la muerte en el último Rally Dakar y en medio de su largo proceso, repasó el día en que casi perdió la vida en Arabia Saudita.
"No me acuerdo de nada del accidente. Era una ruta plana ese día. Hartas piedras. No iba muy rápido. 90 kilómetros por hora. Me habían pillado los autos, y de ahí no recuerdo nada más. Desperté 13 días después en el hospital, en Riad, la capital de Arabia, sin poder hablar ni moverme. La investigación del accidente sigue, pero al parecer me caí porque le pegué a algo con la moto, salí disparado y después azoté mi cabeza y cara contra una piedra. Unos minutos después me auxiliaron y me llevaron en helicóptero al hospital", dijo Pedemonte en diálogo con El Mercurio.
El piloto antofagastino supo después que el portugués Pedro Bianchi Prata fue quien lo encontró en medio del desierto y con serias consecuencias por el accidente.
"Él me encontró y pidió ayuda. Me vio parado, caminando, dando vueltas por el lugar, sin el casco puesto. Nada de eso me acuerdo. Fue un milagro que Bianchi me haya visto. Yo estaba en modo sobrevivencia. Estaba mal, pero por instinto me paré y empecé a caminar. Él me vio y me sentó. Luego de eso me desmayé. Llegó el helicóptero y me intubaron. Por las hemorragias internas que tenía, quizás la historia era otra si hubiese pasado más tiempo sin recibir ayuda. No sé cuánto tiempo habría aguantado así. Pude haber muerto", contó.
Pedemonte relató luego lo que vivió en el hospital: "Mi inconsciente siguió trabajando todo ese tiempo que estaba dormido. Como que me inventé otra historia. Desperté y pensé que había viajado, que había hecho mil cosas. Cuando me vi en el hospital, con un tubo en la garganta, con la boca amarrada, me desesperé. Me volvieron a sedar. Al tercer intento me explicaron lo que había pasado, el accidente, todo, y pude reaccionar mejor. Me empecé a comunicar con una pizarra. Fue angustiante no acordarme de nada", contó.
"Volver a Chile fue una inyección de energía. Estar tanto tiempo en un país tan lejano me tenía muy pesimista. Ya me dijeron que no tendría daños neurológicos, que era lo más preocupante. Perdí el olfato y parece que no lo voy a recuperar. Tuve múltiples fracturas en la cara, pero se están arreglando. Eso no me importa tanto. Ahora estoy mentalizado en sanar la visión de mi ojo derecho", añadió antes de referirse a la complicada experiencia que vivó con los organizadores del evento.
"Con la organización tuvimos roces. Hay seguros, pero después de que me operaron, en los primeros días, ASO me quiso deportar altiro a Chile en avión ambulancia, pero los doctores decían que no estaba listo. Insistieron y se pusieron arrogantes. Nos dijeron que no se iban a seguir preocupando de las coberturas si decidíamos quedarnos en Riad. Me desilusioné. No correspondía. Después de eso desaparecieron. No hubo mayor preocupación de la gente del Dakar. Pero finalmente en términos económicos no tuvimos problemas. El rey de Arabia dio la orden de que no se me cobrara nada en el hospital, porque se enteraron de mi caso", comentó.