La "Batalla de Santiago", el duelo más famoso del Mundial de Chile 1962

El 2 de junio de 1962 quedó marcado en la historia del fútbol con uno de los partidos más controversiales y violentos en una Copa del Mundial. Chile venció a Italia por 2-0 en la segunda fecha de la fase grupal, pero el compromiso es recordado por las faltas, golpes y peleas, teniendo que intervenir hasta Carabineros. Se le llamó como la "Batalla de Santiago".

Pocos días antes, Chile había debutado con éxito ante Suiza en el partido inaugural y debía ganar a los italianos para clasificar a cuartos de final. La "Azurra", que en ese entonces tenía en su palmarés dos mundiales, había igualado sin goles en su estreno ante Alemania, por lo que tenía mayor presión por conseguir los puntos.

Sin embargo, el partido se calentó en la previa no por temas futbolísticos. La prensa italiana cargó contra Chile como organizador de la Copa del Mundo, generando malestar general en la ciudadanía y los jugadores de La Roja.

Fernando Riera, técnico de La Roja en ese entonces, contó desde su visión en el documental "La historia del fútbol" que había rabia, porque los europeos habían dicho que las mujeres acá "eran putas".

Todo esto debido a un reportaje: "Santiago, el confín del mundo: La infinita tristeza de la capital chilena", publicado en Bologna y que fue reproducido en nuestro país por El Mercurio, solo días antes del partido con Italia.

Dicho reportaje, escrito por los italianos Antonio Ghirelli y Corrado Pizzinelli, remarcaron que Santiago, la capital, es el "símbolo triste de uno de los países subdesarrollados del mundo y afligido por todos los males posibles: desnutrición, prostitución, analfabetismo, alcoholismo, miseria".

"Chile es terrible y Santiago su más doliente expresión, tan doliente que pierde en ello sus características de ciudad anónima", escribieron los italianos, que tuvieron que escapar del país por la furia de la gente. Un argentino, incluso, fue golpeado al ser confundido con uno de estos periodistas.

El partido comenzó a las 15:00 horas en el Estadio Nacional, ante casi 70 mil personas. Poco antes, cuando los italianos entraron a la cancha, lanzaron claveles blancos como señal de paz, pero el público había ido al recinto de Ñuñoa para ir a la guerra. Las flores fueron devueltas con sonoras pifias.

El mejor jugador italiano y ganador del Balón de Oro en 1961, el ítalo-argentino Omar Sivori, se negó a ser titular, ya que intuyó que no sería un partido normal.

Antes de los 10 minutos, Giorgio Ferrini cometió una durísima falta contra Honorino Landa y tuvo que ser expulsado (no existían aún las tarjetas) por el árbitro inglés Ken Aston. Y acá surgió la primera incidencia: El italiano se negó a salir de la cancha, por lo que tuvo que ingresar Carabineros para arrestarlo y sacarlo del terreno de juego.

El juego no fue fluido. Siempre friccionado, todos discutiendo por cada disputa. Hasta el minuto 38, con uno de los incidentes más recordados en la historia de los mundiales. Leonel Sánchez intentó desbordar por izquierda y Mario David lo derribó. El puntero, estrella de La Roja, intentó proteger el balón en el suelo, pero el italiano continuó golpeando con la pierna de forma repetida, provocando la furia de Leonel.

Sánchez, hijo de boxeador, se levantó y con su puño izquierdo golpeó en la cara a David. El chileno no fue expulsado, pese a la evidente agresión, aplaudida en el Nacional.

Sánchez, en el documental "La historia del fútbol", explicó que también había rabia contra jugadores que eran argentinos que estaban defendiendo la camiseta italiana.

"Argentino, vende patria, Argentina está jugando en Rancagua, allá deberían estar ahora, jugando por tu país, y no por otras selecciones", fueron las palabras que recordó Sánchez haber dicho en el partido.

Italia, en ese entonces, tenía por capitán a Humberto Maschio, quien había ganado con la albiceleste la Copa América en 1957.

La violencia después del puñetazo de Sánchez continuó y no salió mejor parado. Mario David se vengó minutos después con una patada voladora al extremo nacional, quien quedó tendido en el campo de juego. El árbitro no dudo y expulsó al italiano.

Los goles llegaron en el tramo final. En el minuto 74, Sánchez lanzó un tiro libre y en el rebote marcó Jaime Ramírez; y poco antes del final, Jorge Toro, con un disparo desde más de 30 metros, firmó el 2-0 definitivo.

Semanas después, el partido fue exhibido por la BBC en Inglaterra, y el presentador David Coleman señaló en la introducción lo siguiente:

"El juego que usted está a punto de ver es, posiblemente, la más estúpida, horrible, repugnante y vergonzosa exhibición de fútbol de la historia".