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Marcello Lippi, el cerebro de los nuevos dueños del mundo

El ex técnico de Juventus fue determinante en el orden táctico que utilizó Italia, que sin estar en el primer rango de equipos favoritos se quedó con los máximos honores en Alemania 2006.

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Su promesa era dejar atrás el tradicional fútbol conservador de Italia. Sin embargo, el técnico Marcello Lippi conservó la esencia defensiva del calcio y de la mano de un esquema estricto guió al conjunto azzurri a su cuarto título mundial.

 

Lippi, un ex zaguero central de Sampdoria, nunca jugó en la selección, pero ganó la suficiente experiencia como para dedicarse a ser entrenador y con este logro, sencillamente demostró que no se equivocó.

 

El entrenador genovés comenzó su carrera como técnico en 1985 y llegó a su punto culmine este domingo no antes de alimentar su palmarés incluso con la Liga de Campeones de Europa de 1996.

 

En Alemania 2006, Lippi estuvo lejos de cumplir su promesa y a lo largo del torneo apostó por el pragmatismo y casi siempre jugó con un delantero (Luca Toni o Alberto Gilardino) y con un medio punta, que generalmente era Francesco Totti.

 

Generoso en el debut ante Ghana, el estratega se vio afectado por dos expulsiones ante Estados Unidos, y contra República Checa logró controlar de gran forma a hasta ese entonces los temibles jugadores eslavos.

 

En octavos de final, ante Australia, Italia se vio mal y sufrió hasta el final para dejar en el camino al cuadro oceánico con un polémico penal. Pero ante la débil Ucrania, Lippi puso a su mejor gente y el resultado fue decidor: 3-0 para los peninsulares.

 

En semifinales, el DT dio su mayor demostración de sabiduría y anuló los embates germanos para matar la ilusión en el alargue con acertados cambios.

 

Y en el choque decisivo, mantuvo el orden de su escuadra, se apoyó en una jugada detenida para lograr el empate tras la desventaja parcial ante Francia, conservó la calma en el alargue, conteniendo los embates galos e hizo los ajustes necesarios para la definición a penales.

 

Marcello Lippi se graduó de grande y conquistó la cima merced a lo mejor del fútbol italiano: la defensa. (Cooperativa.cl)