Fabio Cannavaro, el patrón que guió la zaga azzurra
El jugador de Juventus y capitán de la selección italiana se transformó en el principal referente defensivo de los flamantes campeones del mundo.
En medio de la solvencia defensiva de la mayoría de los equipos mundialistas, la seguridad de la última línea italiana destacó por sobre las demás y allí sobresalió con luces propias el zaguero Fabio Cannavaro, uno de los puntales de la campaña realizada por la escuadra azzurra en el título de Alemania 2006.
Nacido en Nápoles, Cannavaro suple su estatura (1,75 metros) con un gran sentido de la anticipación y con un notable rechazo que le permite ganar casi todos los mano a mano aéreos.
Ya no es el mismo al que Marcelo Salas humilló en 1998 cuando el chileno alojó el balón en un rincón del arco italiano, y con potencia física se transformó en uno de los mejores defensas centrales de Alemania 2006.
Entre sus avales está el orden y la seguridad que entrega a sus compañeros de zaga. Si hay un mínimo error, Cannavaro aparece para tapar el espacio y desalojar el peligro, con elegancia cuando corresponde y con fiereza, si es necesario.
El jugador, que debutó en 1997 con la escuadra peninsular, suma 106 partidos internacionales y un gol, y en este Mundial portó la jineta de capitán sucediendo a otros emblemáticos zagueros como Paolo Maldini y Franco Baresi.
Pero ahora se ganó un nombre propio como el puntal de una selección que ofreció seguridad defensiva desde el comienzo y como uno de los responsables que Italia sólo recibiera dos tantos a lo largo de la Copa del Mundo.
Cannavaro no tuvo amarillas y esa estadística habla de su capacidad para anticipar a los delanteros, de su ubicación para cortar centros y de su encomiable espíritu de lucha. (Cooperativa.cl)