Estados Unidos dio muestras de ser el gran equipo del momento en el voleibol masculino con una maciza presentación en la final de los Juegos Olímpicos de Beijing, derrotando nada menos que a Brasil en la disputa de la medalla de oro.

Con un 3-1 inobjetable, el elenco norteamericano terminó con el reinado de los verdeamarillos y su poderoso elenco, gracias principalmente al aporte del corpulento Clayton Stanley, jugador decisivo con remaches que fueron imparables para los sudamericanos.

El partido empezó con el dominio de los favoritos, que liderados por Giba se llevaron la primera manga por 25-20, en lo que parecía un triunfo lógico del cuadro que ha liderado en los últimos años.

 

La reacción estadounidense

Pero Estados Unidos no estaba dispuesto a rendirse y poco a poco comenzó a construir una remontada en base a un sólido armado de jugadas, un firme bloqueo y ataques letales.

El segundo capítulo fue 25-22 con Stanley como hombre clave. Eso animó a los norteamericanos que se vieron más firmes, frente a los brasileños que estaban confundidos. Así el tercer parcial fue también para ellos por 25-21.

Brasil reaccionó en el cuarto set, aleonado por Giba y sacó una leve ventaja. Sin embargo, no pudo mantenerla y mientras el astro y considerado mejor jugador del mundo cometía errores, Stanley crecía y llevaba a sus compañeros a tomar la delantera, para él mismo sellar la victoria con un remache.

Estados Unidos ganó 25-23 la cuarta manga y firmó la presea dorada, para confirmar su emergente supremacía en el voleibol, tomando el relevo de un enorme conjunto brasileño.

El bronce fue para Rusia, que venció 3-0 a Italia, con parciales de 25-22, 25-19, y 25-23.