El Comité Olímpico Internacional (COI) decidió prohibir a Irak su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, por la "continua interferencia del gobierno iraquí en los asuntos del consejo ejecutivo del Comité Nacional Olímpico Iraquí".

La agencia de noticias independiente Aswat al Iraq publicó este jueves el contenido del mensaje que las autoridades olímpicas han enviado al ministro iraquí de Juventud y Deportes, Yasim Mohamed Yafar, para comunicarle la decisión.

"Pese a los esfuerzos conjuntos del COI y el Consejo Olímpico Asiático en los últimos meses para hallar una solución positiva, lamentamos informarles de que la decisión adoptada por la Oficina Ejecutiva del COI el pasado 4 de junio fue confirmada oficialmente", señala en la carta Pere Miró, director de relaciones del COI con los comités nacionales.

Esto significa, como se explica en el mensaje, que Irak no participará en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 y que los deportistas iraquíes no podrán participar en las competiciones.

"Las invitaciones a los deportistas iraquíes han sido retiradas y se ofrecerán a otros comités olímpicos nacionales", explica la carta. "Lamentamos profundamente este resultado, que perjudica gravemente al Comité Nacional Olímpico Iraquí (CNOI) y a sus deportistas", agregó en la misiva Miró.

Los argumentos del COI

La expulsión tiene su origen en la decisión del gobierno iraquí de suspender el consejo ejecutivo del CNOI y formar un comité temporal encabezado por el ministro de Juventud y Deportes.

El pasado 4 de junio, el COI anunció que suspendía "provisionalmente" a Irak por la misma razón por la que decretó su suspensión definitiva.

Según el COI, la disolución del comité olímpico iraquí y de sus federaciones y el nombramiento de un comité interno presidido por el ministro de Deportes es "una clara ruptura" de la autonomía del organismo olímpico nacional.

El comité olímpico de Irak trabajaba sin tener formalmente presidente, después de que éste, Ahmed al Hiyie al Samarrai, fuera secuestrado el 15 de julio de 2006, sin que se conozca nada de su paradero desde entonces.

Su elección había normalizado el olimpismo iraquí tras otra suspensión que decretó el COI en mayo de 2003, al comprobar que Odei Hussein, hijo de Sadam y presidente del organismo, había convertido sus instalaciones en una cámara de tortura para deportistas disidentes.