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Los chilenos que llegaron al Olimpo

Desde Manuel Plaza a los "futbolistas de bronce" de Sidney, repasamos a las "leyendas" del deporte nacional que hicieron historia en los Juegos Olímpicos al conseguir las nueve preseas que luce Chile.

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Nueve medallas. Esa es toda la cosecha que Chile ha hecho a través de la historia en los Juegos Olímpicos. Sin duda, un número que habla de la escasa tradición deportiva del país, pero que también invita a la reflexión y a conocer más de este puñado de "héroes" que llegó a la cima del Olimpo.

 

Pese a no ganar medallas, el primer compatriota que hizo historia fue Luis Suberseaux, atleta que a los 15 años compitió en los 100, 400 y 800 metros planos en los Juegos de Atenas 1896, la primera cita olímpica de la era moderna.

 

Y Chile quedó en los anales gracias a Subercaseaux, porque fue uno de los 13 países que tomaron parte en aquel evento, junto con Alemania, Australia, Austria, Bulgaria, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Hungría, Suecia, Suiza y Grecia.

 

Así el país comenzó a formar parte del movimiento olímpico internacional, faltando sólo a cuatro citas: París (1900), Saint Louis (1904), Londres (1908) y Moscú (1980).

 

Manuel Plaza, el suplementero que se llenó de gloria en Amsterdam 1928

 

Manuel Plaza es el referente máximo del Atletismo nacional de la tercera década del siglo XX. El suplementero de San Bernardo casi no tenía rivales en su época, al menos en Sudamérica, y luego de un sexto puesto en los Juegos Olímpicos de París, encontró la consagración en Amsterdam 1928 con el segundo lugar en el Maratón.

 

Plaza, fornido atleta de 1,85 metro de estatura, completó los 42.195 metros de la prueba en dos horas 33 minutos y 23 segundos (su mejor tiempo en la prueba) para escoltar al argelino El Ouafi, que corría por Francia, quien cruzó la meta sólo 26" antes.

 

En su regreso al país, Plaza fue recibido como un héroe nacional. Cerca de 30 mil personas le dieron la bienvenida en la Estación Mapocho y fue condecorado por el mismísimo Presidente de La República de entonces, Carlos Ibáñez del Campo.

 

Oscar Cristi, el único chileno con dos medallas olímpicas

 

Equitador de fuste, Oscar Cristi escribió uno de los capítulos más felices de la historia del deporte nacional en los Juegos Olímpicos de Helsinki, Finlandia, en 1952.

 

El capitán de Carabineros se adjudicó dos medallas de plata en ese evento y es, hasta la fecha, el único deportista nacional en lograr tamaña hazaña.

 

Montando a "Bambi" el 3 de agosto de 1952, Cristi logró el vicecampeonato individual al derribar el último obstáculo que quedaba en el circuito ecuestre, y luego subió nuevamente al segundo escaño del podio tras finalizar segundo en la prueba de saltos por equipos, junto con el teniente de Carabineros César Mendoza y el capitán de Ejército Ricardo Echeverría.

 

Marlene Ahrens deslumbro en Melbourne 1956

 

La jabalinista Marlene Ahrens es otra de las leyendas del deporte nacional. Fue abanderada en los Juegos de 1956, pero su calidad y determinación en la pista la hicieron entrar en los anales con una verdadera hazaña.

 

Fue el 28 de noviembre de ese año. Marlene Ahrens tomó impulso, se echó a correr y lanzó la jabalina a una distancia de 50,38 metros para clasificarse como vicecampeona olímpica.

 

La gracia, además de la presea plateada, fue que ese registro pulverizó todas las marcas nacionales y sudamericanas de entonces, y permaneció imbatido en el plano local por 27 años, hasta que Carolina Weil logró 50,68 metros en 1983.

 

Pese a ello, Ahrens permanece en el recuerdo colectivo, pues además de su medalla y su impresionante marca en 1956, es la única mujer chilena que hasta ahora se ha subido al podio olímpico.

 

El boxeo también se convirtió en orgullo nacional

 

Pese a que hoy es cuestionado en su esencia por muchos, el boxeo es uno de los deportes que más satisfacciones le ha dado al país en la historia. Así quedo de manifiesto en los Juegos de Melbourne 1956, donde además de la atleta Marlen Ahrens, los púgiles Claudio Barrientos, Ramón Tapia y Carlos Lucas se colgaron cada uno una presea en el cuello.

 

Barrientos, un osornino de "manos rápidas" gano el bronce en el peso gallo (54 kilos), cediendo el oro al coreano Song, quien le ganó la semifinal por puntos.

 

Ramón Tapia, en tanto, ganó medalla de plata en la categoría medianos. Su estilo demoledor le abrió paso a punta de nocáuts hasta la final, pero el soviético Chatkov logró detenerlo en el combate decisivo para apoderarse del oro.

 

Finalmente Carlos Lucas, campeón nacional de los medios pesados, logró bronce en su categoría, otorgándole a Chile su séptima presea olímpica.

 

Alfonso de Iruarrizaga le acertó a la gloria en Seúl

 

32 anos debieron pasar para que Chile festejara una nueva medalla olímpica. Fue en Seúl 1988 y su gestor, Alfonso de Iruarrizaga en el tiro al vuelo modalidad skeet.

 

El dos veces medallista panamericano, en Puerto Rico (1979) y Caracas (1983), ganó la medalla de plata tras lograr un acierto menos (23 blancos) que su principal rival, el alemán Alex Wegner (24).

 

El logro del tirador chileno también fue recibido con mucho entusiasmo en el país, pues fue el octavo éxito olímpico y el primero después de tres décadas.

 

"Futbolistas de Bronce" en Sidney 2000

 

Capitaneada por Iván Luis Zamorano Zamora, la selección nacional de fútbol entrego la última satisfacción olímpica a Chile en los Juegos de Sidney 2000. La escuadra que por entonces conducía el uruguayo naturalizado chileno Nelson Bonifacio Acosta López alcanzó el tercer puesto y se calzó la medalla de bronce, pero hizo méritos para ganar aun una presea de mayor valor.

 

Chile debutó en el Grupo B de Melbourne con una goleada por 4-1 sobre Marruecos, con tres anotaciones de Zamorano y una de Reinaldo Navia. Fue el inicio de un camino exitoso, que continuo con el triunfo por 3-1 sobre España y la inesperada caída por 0-1 ante Corea del Sur.

 

En los cuartos de final, la selección se topó ni más ni menos que con el campeón defensor, Nigeria, al que despachó sin contratiempos por un lapidario 4-0. No obstante, en las semifinales el escollo fue Camerún, a la postre ganador de la medalla de oro, y el resultado fue un frustrante 1-2 en contra, en un partido que Chile ganaba por la cuenta mínima cuando restaba poco para el final.

 

En la definición por el tercer puesto Chile volvió a mostrar su poderío ofensivo y derrotó por 2-0 a Estados Unidos, conquistando la medalla de bronce, coronando a Iván Zamorano como goleador del torneo olímpico y otorgando a Chile su última gran satisfacción olímpica.

 

Las nueve medallas chilenas

 

Amsterdam 1928 Manuel Plaza (plata en maratón)

Helsinki 1952 Oscar Cristi (plata en equitación individual y por equipos)

Melbourne 1956 Marlene Ahrens (plata en jabalina); Claudio Barrientos (bronce en boxeo); Ramon Tapia (plata en boxeo): y Carlos Lucas (bronce en boxeo)

Seúl 1988 Alfonso de Iruarrizaga (plata en tiro al vuelo)

Sidney 200 Selección nacional de fútbol (bronce en futbol).