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Gran actuación de China en Atenas advirtió de su potencial de cara a Pekín 2008

Tras lograr 63 preseas y finalizar segunda en el medallero de Atenas, la selección olímpica del gigante asiático emergió como una seria amenaza para las potencias del deporte mundial.

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Atenas 2004 ya es pasado. La sagrada llama de los Juegos dejó de brillar en el Estadio Olímpico de la capital helena y ya prepara un viaje que tardará cuatro años en llegar a Pekín.

 

Será un tiempo más que suficiente para que muchos de los que participaron en Grecia saquen sus conclusiones; para que todos sopesen su experiencia y extraigan enseñanzas de su concurso en los 25° Juegos de la historia moderna.

 

Porque Atenas, además de la impecable organización, brindó muchas lecciones: ofreció grandes decepciones y grandes sorpresas, como la sólida actuación de China que, con 63 preseas, se ubicó en el segundo lugar del medallero y se transformó en una seria amenaza para las potencias del deporte mundial, sobre todo pensando en que en la próxima cita de los anillos, los chinos "jugarán" de local, en Pekín.

 

El llamado de atención es claro y China demostró que habla en serio cuando dice que quiere pelear el oro en todas las disciplinas dentro de cuatro años, incluso en aquellas en las que tradicionalmente no da batalla, como el atletismo y natación.

 

Los chinos ganaron dos oros en las competencias atléticas y uno en natación, además de acaparar seis de las ocho preseas doradas en los clavados y tres de las cuatro repartidas por el tenis de mesa.

 

También se llevaron la del dobles femenino de tenis, deporte en el que habitualmente no figuran; dominaron el tiro con arco, con cuatro oros; y se llevaron cinco preseas doradas en levantamiento de pesas. Exitazo.

 

Al final, China acabó en el segundo lugar de la clasificación general con 63 medallas (32 de oro), por debajo de las 103 de Estados Unidos (35 doradas) y por delante de Rusia, que si bien obtuvo 92 metales, 27 de ellos fueron dorados.

 

Las otras sorpresas de Atenas 2004

 

Aparte del sonado éxito de los chinos, hubo otros deportistas que en Atenas brillaron con luces propias. Por ejemplo, la selección de fútbol de Irak, que con una campaña brillante se alzó con un inédito cuarto puesto en la competencia olímpica.

 

Y pese a que no logró medalla, al perder el partido por el bronce frente a Italia por 0-1, el combinado iraquí brindó una gran satisfacción para un pueblo castigado por el flagelo de la guerra.

 

Tras ganar el Grupo D con seis puntos, producto de sus triunfos sobre Portugal (4-2) y Costa Rica (2-0), además de la derrota (1-2) ante Marruecos, Irak llegó a cuartos de final donde enfrentó a Australia, elenco al que venció por la cuenta mínima.

 

En semifinales tuvo la mala suerte de toparse con Paraguay, otra de las grandes sorpresas de estos Juegos, duelo que perdió por 1-3.

 

A propósito de los guaraníes, la selección albirroja logró una histórica presea de plata gracias al fútbol, luego de perder la final olímpica ante Argentina por la cuenta mínima.

 

Los paraguayos, que en el clasificatorio de Chile bajaron de los Juegos ni más ni menos que a Brasil, realizaron una extraordinaria campaña al ganar el Grupo B con seis puntos, tras vencer a Japón (4-3) y a Italia (1-0), y perder con Ghana (2-3).

 

En cuartos de final dejó en el camino a Corea del Sur (3-2) y en semifinales batió a Irak (3-1) para inclinarse en el encuentro decisivo frente a Argentina, que así se alzó con su primera medalla de oro después de 52 años, ganado además un torneo que jamás había alcanzado.

 

Los Juegos de Atenas 2004 sirvieron también para llenar el vacío existente en el trono de los 100 metros planos. El estadounidense Justin Gatlin se convirtió en el hombre más veloz de los Juegos al proclamarse campeón olímpico en una prueba deslucida que se vio marcada por la sombra del dopaje.

 

También llevaron a la consagración a la británica Kelly Holmes, a quien sus 34 años parecen no pasarle factura y que tras sus victorias en los 800 y 1.500 metros tomó el relevo de la estadounidense Marion Jones.

 

Holmes se impuso en una agónica recta final en los 800 a una María Mutola que había ganado todas las grandes competiciones desde los Juegos de Sidney.

 

Las grandes decepciones

 

Argentina, que se alzó como el gran ganador de los deportes colectivos, con oro en el fútbol y en el baloncesto, derrumbó el mito del "Dream Team" de Estados Unidos al que derrotó en las semifinales del torneo olímpico.

 

El combinado estadounidense liderado por Tim Duncan y Allen Iverson, muy lejano a aquel que acudió a Barcelona 1992, con nombres como los de Michael Jordan, Magic Johnson, Patrick Ewing y Larry Bird, se hizo a duras penas con el bronce, apartando del tercer peldaño a una Lituania que lo había ocupado en los tres últimos Juegos.

 

Los astros de la NBA fueron, sin duda, la gran decepción de estos Juegos Olímpicos.

 

Otro de los sinsabores de estos Juegos fue la estadounidense Marion Jones. Cuatro años después de haber ganado cinco medallas en los Juegos Olímpicos de Sidney, incluidas tres de oro, la atleta se fue de Atenas con las manos vacías, tras sufrir estrepitosos reveses en las dos únicas pruebas en las que compitió.

 

Jones entró quinta en el salto largo, prueba en la que buscaba su única presea individual, y volvió a irse en blanco en el relevo de 4x100, en el que la cuarteta estadounidense fue descalificada tras cometer una infracción cuando Jones le pasaba el testimonio a Lauryn Williams.

 

Más encima, Jones está siendo investigada por la Agencia Antidopaje de Estados Unidos. La atleta negó usar sustancias prohibidas, pero su ex marido C.J. Hunter reveló que Jones se había dopado antes, durante y después de los juegos de Sidney.