Brasil demostró su estatura en el voleibol masculino
La selección verdeamarilla conquistó en Atenas 2004 el oro que le había sido esquivo desde Barcelona 1992, tras batir a Italia en la final y confirmarse como la mayor potencia mundial en la actualidad.
Brasil respondió a su favoritismo y se consagró campeón olímpico del voleibol masculino, tras ganar con claridad la final de Atenas 2004 a Italia, su mayor rival en la actualidad.
El conjunto verdeamarillo repitió su triunfo de la Liga Mundial de este año sobre los itálicos, esta vez por 3-1, en otra muestra de su sólido rendimiento.
Los parciales favorecieron a Brasil por 25-15, 24-26, 25-20 y 25-22.
El sexteto sudamericano comenzó de manera arrolladora en el primer set con un 25-15 que demostró que llegaba a la instancia decisiva con la sola idea de colgarse la medalla dorada que le había sido esquiva desde Barcelona 1992.
Italia reaccionó en la segunda manga y con un 26-24 le dio una cuota de suspenso a la final.
Pero Brasil pronto puso las cosas en su lugar. Con un 25-20 en el tercer parcial aceleró hacia el oro.
En el cuarto set, el elenco brasileño aprovechó la primera oportunidad que tuvo para cerrar el encuentro. El marcador del último capítulo fue de 25-22 para el flamante campeón olímpico.
De esta manera, Brasil rompió un paréntesis de dos Juegos seguidos sin obtener la corona, luego de las victorias de Holanda en Atlanta y de Yugoslavia en Sidney.
El cuadro sudamericano demostró que por estos días es la principal potencia en el voleibol masculino.
El bronce se lo llevó Rusia, que venció 3-0 a Estados Unidos.