Visiblemente emocionado y en medio de un mar de abrazos en el camarín del Estadio Municipal de Calama, Héctor Pinto, el técnico que sacó campeón a Universidad de Chile contra toda la adversidad, festejó su primer título en un club profesional y en la hora de la gloria no olvidó a quienes cuestionaron los méritos de su escuadra por estar en las instancias finales del Torneo de Apertura.

 

"El patito feo se convirtió en cisne. Me gustaría ver eso escrito en algún lado, porque muchos dijeron que no teníamos lo méritos para llegar a la final, y ya ven...", señaló el entrenador de los azules, henchido de alegría.

 

"Estamos felices, la alegría nos desborda... Sabíamos que podíamos hacer algo importante. De hecho, en el camarín nuestro slogan fue que hoy podía ser un gran día... Y lo fue", agregó Pinto.

 

"Ahora el regreso a Santiago va a ser más que feliz. La verdad, no tengo palabras para describir lo que siento", declaró más tarde el estratega, conteniendo la emoción.

 

Finalmente Pinto afirmó que aunque su equipo no lució un fútbol galano ni tampoco destacó por su vocación ofensiva en Calama, "tuvimos mística, garra y corazón. Así logramos este campeonato".

 

Tan eufórico como el adiestrador titular de los azules, estaba su ayudante Vladimir Bigorra.

 

"Hicimos un muy buen partido en su propia casa. Esto es lo que queríamos, le pusimos la guinda a la torta. Es un sueño cumplido, siempre tuvimos la ilusión de hacer algo grande hasta que lo conseguimos", dijo el técnico, cuya última escuadra en el balompié profesional fue Deportes Puerto Montt.

 

"Cada vez se nos aprieta más el nudo de la corbata. Los desafíos que vienen son más grandes. Tenemos una Copa Libertadores por delante, pero ya habrá tiempo para pensar en eso. Lo importante es que cumplimos y ahora sólo hay que celebrar y después descansar", concluyó Bigorra.