El técnico de Universidad de Chile, Gustavo Alvarez, vivió su primera conferencia de prensa en el Centro Deportivo Azul y aclaró los motivos por los que optó por fichar en el cuadro "laico" pese a que se coronó campeón con Huachipato en el 2023 y clasificó a la Copa Libertadores.

"Es un honor comandar este proyecto en un club tan prestigioso", comenzó sosteniendo el DT argentino, quien expuso que entre sus primeras ideas está transformar "al equipo en muy grande", que no es lo mismo a llegar a "un club grande".

"No hay proyecto más ambicioso que pensar en ganar el próximo partido, porque si se propone siempre ganar el próximo partido y lo multiplica por 30, no creo que haya algo más ambicioso", apuntó.

"La decisión se basa en el contraste de por un lado un profundo agradecimiento a Huachipato, llegué a un club hace un poco más de un año donde conocí personas que terminaron siendo amigos", explicitó.

En esa línea, complementó que "hay un sexto sentido que por lo menos me pasa a mí que va más allá de las evaluaciones racionales que indica cuál es el desafío que te saca de la zona de confort, lo que describe -Huachipato- es una zona de confort favorable para tener un año tranquilo 2024, pero prefiero el desafío de semejante club de semejante magnitud para este año".

También explicó que "cuando terminó el año hice un análisis de la liga, qué sistemas predominan, qué sistema es madre de cada entrenador emparejado eso con el análisis de Universidad de Chile, dije aceptar el desafío, pero antes estudio el plantel, el club y tenemos que coincidir en muchas cosas".

"Hay que ser claros con la iodea de juego, qué se pretende hacer cuando sea tiene el balón y qué hacemos para recuperarlo. Tiene que ver con la propuesta", continuó, para luego puntualizar que "lo primero que observé de Universidad de Chile en los partidosd que jugó es que en la mayoría de los puestos había jugadores aptos y en otros se necesitaban incorporaciones que conversamos con la dirigencia, consensuamos nombres propios para dar un potencial en cada una de las piezas de este engranaje de 11 que componen un equipo".

"Necesitamos dos jugadores competitivos por puesto, esa competitividad trasladada día a día que eleva el nivel de uno y otro. Ahí podemos llevarlos a superar su propio límite", comentó.