La turbulenta situación en la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF) por el inesperado cambio de presidente en medio de la pandemia por el coronavirus pone en jaque un proyecto para el que fue reclutado el holandés Jordi Cruyff con el desafío de cambiar el fútbol local desde las bases.

La pugna entre Francisco Egas, presidente depuesto, y Jaime Estrada, presidente entrante tras aprobarse una moción de censura el viernes contra el primero, se remonta a diciembre, cuando el Directorio de la FEF anunció un proyecto de transformación nacional que requería dinero.

Pero el monto aprobado entonces de 4 millones de dólares para el cuerpo técnico se ha convertido en una trampa para Egas después de conocerse que con impuestos se transformaban en 6 millones.

Estrada señaló en rueda de prensa este martes que esa suma "no se aprobó en las reuniones del directorio", y fue lo que le llevó a pedir la remoción del cargo de Egas, aprobada por seis votos a favor y uno en contra.

Para el ambicioso proyecto nacional de reestructuración, presentado con bombo y platillo a principios de enero, fueron reclutados el español Antonio Cordón, como director deportivo, y Cruyff como técnico.

Cordón llegó en diciembre y Cruyff en enero, aunque al estar en pretemporada poco tiempo tuvieron para ver en juego a los locales y armar una selección, más allá de comenzar el trabajo organizativo y observar a aquellos seleccionables en ligas extranjeras.

Y cuando se aprestaban a realizar la primera convocatoria para el arranque de las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Qatar 2022, en marzo pasado estalló la crisis sanitaria que paró el fútbol y con ello los ingresos.

En cualquier caso, poco podía saber ninguno de ellos de los desencuentros tradicionales que caracterizan a la FEF, ni de las sumas aprobadas o desaprobadas.

Cordón y Cruyff no se ha manifestado sobre la crisis en el organismo que los emplea.

En un principio parecería que hay predisposición en la nueva directiva a tratar de conservar a Cordón y a Cruyff, pero con las arcas vacías todo parece pasar por un delicado replanteamiento de las reglas del juego.