Chile sin Mundial y Milad sin autocrítica: ¿debe elegir él al próximo entrenador de La Roja?

La continuidad de Pablo Milad como figura decisiva en el futuro de La Roja está en el ojo del huracán. Luego del fracaso ante Bolivia y con el Mundial 2026 ya fuera del panorama, la ANFP enfrenta un nuevo dilema: ¿Quién debe elegir al próximo DT de Chile?

Milad, reelecto hasta 2026, aseguró que su función es "facilitar" el trabajo de los cuerpos técnicos, pero la realidad lo enfrenta con un historial de elecciones fallidas. Desde Reinaldo Rueda hasta Ricardo Gareca, pasando por Lasarte y Berizzo, ninguna de sus apuestas logró clasificar a Chile a una Copa del Mundo.

Aunque Rueda no fue contratado directamente por Milad, Ian Mac Niven, exgerente de selecciones, reveló que el técnico colombiano tenía intenciones de continuar y que la forma de su salida "fue terrible", lo que suma otro capítulo cuestionable a la gestión dirigencial.

¿Debe ser Pablo Milad el que contrate al próximo DT de Chile?

La discusión no es menor: dos de las tres últimas clasificatorias fallidas tienen la firma de Pablo Milad. Y mientras la ANFP se fija enero de 2026 como plazo para definir al sucesor de Gareca, las dudas crecen. ¿Qué técnico aceptará un proyecto sin saber quién estará al mando en pocos meses?

El propio Sergio Jadue publicó una carta abierta acusando que "Milad lleva tres fracasos consecutivos" y cuestionando directamente su capacidad de liderar el recambio. "Ningún entrenador serio va a venir ahora con una ANFP que cambia en 2026", sentenció.

Un pasado que pesa y un futuro incierto

Los antecedentes no juegan a favor de Milad. Su mandato ha sido testigo no solo del declive de la selección adulta, sino también de resultados mediocres en selecciones menores y femeninas. La sensación en el ambiente futbolístico es que la credibilidad está agotada y que seguir delegando en él decisiones claves puede hipotecar el ciclo rumbo a 2030.

La presión crece, y cada vez más voces exigen elecciones anticipadas en la ANFP. Porque más allá del nombre del próximo DT, la verdadera discusión es si Milad debe seguir tomando decisiones que afectarán el futuro del fútbol chileno más allá de su mandato.