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Ayuda, pero no alcanza

Los goles del fin de semana de Alexis Sánchez, Matías Fernández y Mark González se aplauden, aunque el funcionamiento de conjunto es la clave para la selección chilena.

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Por Marco Antonio Cumsille desde Tel Aviv

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Vamos al grano de una buena vez. Es bueno para la Selección que Sánchez, González y Fernández hayan marcado en sus respectivas ligas este fin de semana.

 

Sí, ayuda, pero no alcanza por si mismo en la búsqueda de un funcionamiento ideal de la Selección.

 

El viaje de una escuadra compuesta únicamente por foráneos, a excepción honrosa de Rafael Caroca, es un experimento interesante de la era Bielsa, más aún cuando como pocas veces, los chilenos del exterior son cabalmente dueños de sus puestos en los clubes.

 

El amistoso de marzo es un momento ideal, por la curva de rendimiento de las ligas extranjeras, para calibrar de una vez por todas la madurez de Luis Jiménez, el momentum de Mauricio Isla y de Arturo Vidal, amén de las conocidas virtudes de los tres goleadores del último fin de semana.

 

Empero, ayuda a la evaluación del conjunto el escaso espacio de trabajo que tuvo el equipo, considerando que dos de los jugadores titulares, supuestamente titulares, Ponce y Sánchez, tendrán apenas un día de cohabitación con el resto del equipo.

 

Se sabe que en el actual estado de las cosas, un día de entrenamiento en cancha hace la gran diferencia, más para equipos como el nuestro que son cualquier cosa menos eso, un equipo.

 

Bielsa en cancha es un espectáculo, trabajando por zonas, moldeando su defensa, tanto para recuperar como para salir, desdoblándose con los volantes para cubrir las posiciones defensivas, es un jefe que ejerce su autoridad con convicción.

 

Seguramente, si uno cuenta lo visto, la forma como cuadricula la cancha y clava estacas para marcar posiciones, se nos dirá que no es distinto a lo que hacen muchos técnicos en Chile y el mundo, pero la pasión que conlleva, rayana en la compulsión obsesiva, entusiasma incluso más que el propio juego del equipo.

 

Me gustaría ver la mano de Bielsa en un trabajo continuo, pero ello se sabe que es imposible, al menos en la selección donde las urgencias y el calendario dejan poco margen para el trabajo y la adaptación.

 

También hay que ser fríos, uno se puede emocionar y creer en lo que ve, pero la clave no es eso, sino lo que sean capaces de interpretar y ejecutar los jugadores que ahora están bajo su mando.

 

El funcionamiento de conjunto es la clave, pero la individualidad siempre ayuda. Por ello, es de agradecer que González mantenga ese remate que, de tanto en tanto, demuele a los rivales; que Matías Fernández se la crea, de vez en cuando, para amagar y pasar hasta ponerla en la red rival; y que Alexis Sánchez siga siendo Alexis, alegre, irresponsable y gambeteador. (Cooperativa.cl)