La importancia de tener ídolos
La realidad en Argentina es que está todo dado para que el público siga teniendo ídolos. La gente los admira, se acerca y recibe las respuestas adecuadas de los que hacen maravillas en la cancha. Los millones de dólares de sus contratos no importan y no marcan diferencias La felicidad del público es lo importante.
Por José Antonio Prieto, enviado especial a Buenos Aires
A dos semanas de las elecciones presidenciales en Argentina, este país siempre tiene alguna instancia deportiva que deja muy atrás el tema político.
El lunes las portadas de todos los diarios fueron ocupadas en más de un 70 por ciento por temas del deporte. En un hecho histórico, diarios como Clarín y La Nación lanzaron dos suplementos especializados: uno exclusivo para el rugby de los "Pumas" y el otro con el fútbol y el polideportivo.
Pero aquí no hay tiempo para quedarse ni siquiera en el día domingo recién pasado. De inmediato aparece con todas las fuerzas la selección de fútbol, que jugará frente a Chile el próximo sábado.
El equipo adulto no gana ningún título desde la Copa América de 1993. Ese tema está rondando, pero de inmediato se asocia a la calidad de Messi, Tévez, Agüero, Riquelme, Saviola y otros, como argumentos para levantar pasión.
Ayer fue la llegada de la "legión extranjera". Lo llamativo es el status que le reconocen a los futbolistas en Argentina. La admiración es de todos, desde el taxista hasta el elegante ejecutivo o empresario. Muchos alcanzan la llamada condición de ídolos.
La explicación para este reconocimiento no sólo pasa por lo que hacen en la cancha. Los futbolistas también responden fuera de ella. Por ejemplo Javier Zanetti, que milita en el Inter y que es seleccionado desde 1994, accede a todas las entrevistas con la prensa, las fotos con niños y adultos, y los diálogos con la gente común. Lo pude ver sentado en un café del aeropuerto con su pequeña hija y su señora como un mortal más y jamás realizar un gesto de molestia ante otro requerimiento.
Otro caso que vi fue el del "Kun" Agüero, joven talento de Atlético de Madrid. Viajó en el mismo vuelo con Lionel Messi, quien se llevó a la rastra a toda la prensa por casi 20 minutos. Agüero perfectamente pudo avanzar tomar un taxi y llegar al campo de entrenamiento de la AFA, pero no, se quedó esperando a que los micrófonos terminaran con Messi y dio la oportunidad a que su imagen también saliera para los millones de hinchas del fútbol que tiene este país.
Y el propio Messi, no tuvo problemas para dar otra entrevista a un periodista que tuvo un problema técnico con su equipo de grabación.
La realidad por estos lados es que está todo dado para que el público siga teniendo ídolos. La gente los admira, se acerca y recibe las respuestas adecuadas de los que hacen maravillas en la cancha. Los millones de dólares de sus contratos no importan y no marcan diferencias La felicidad del público es lo importante. (Cooperativa.cl)
