La columna de Pelotazo: Las tres reglas que perjudican al fútbol chileno
Los extranjeros, las contrataciones y las clasificaciones a torneos internacionales son puntos a debatir de una vez por todas.
Los extranjeros, las contrataciones y las clasificaciones a torneos internacionales son puntos a debatir de una vez por todas.
El error del técnico de Unión La Calera, Ariel Pereyra, de poner en el campo de juego a seis extranjeros, plantea nuevamente un debate que existe desde 2009.
Aquel año apareció el primer entrenador que cayó en la falta: Luis Marcoleta en Curicó Unido. Luego de él se subieron al tren: Oscar del Solar (Rangers 2009), Arturo Salah (Huachipato 2011), José Luis Sierra (Unión Española 2012), Ivo Basay (Wanderers 2013) y Pablo Sánchez (Universidad de Concepción 2014).
El debate tiene que ver con la famosa regla de poder alinear máximo cinco extranjeros, si acaso es buena o no. Para mí no es buena. Y no porque los técnicos se equivoquen (seguirá pasando), sino porque la liga que presenciamos es la chilena y por ende quienes jueguen en su mayoría deben ser chilenos. Con tres o cuatro extranjeros por partido basta, y ojalá aportando, por cierto.
Por ello se agradece la medida del Consejo de Presidentes de Clubes de la ANFP en abril pasado donde ese número de foráneos será modificado. Desde la temporada 2016-2017 la cuota de extranjeros será de cinco en el plantel y cuatro en cancha. Y para 2017-2018 el número bajará a cuatro contratados e igual cantidad en los encuentros. La gracia acá estuvo en notar el error y corregirlo, situación que aún no pasa con las siguientes dos reglas.
Una que afecta a nuestro balompié es la de poder contratar sólo a tres jugadores para el Torneo de Clausura, o a comienzos de año si usted prefiere. Todo este desorden nace cuando se quiso organizar el fútbol local al estilo europeo, sin embargo, allá todo está alineado: todas las ligas y todos los torneos internacionales. Acá no.
Por lo mismo cuando todos los clubes extranjeros se arman para jugar la Copa Libertadores, en Chile los clubes no tienen esa opción de comprar cuanto quieran. Pueden hacerlo para la Copa Sudamericana, pero ahí aparece la tercera regla que nos lleva al despeñadero.
Ella tiene que ver con que los equipos nacionales no pueden jugar dos torneos Conmebol el mismo año, salvo que ganen la Copa Chile. Esto ha provocado que clasifiquen cuadros sin mayor mérito a estos campeonatos, ya que la lista va corriendo y terminan accediendo el quinto, el sexto o incluso el décimo de una liga.
Un dato decidor. Desde que se aprobó esta regla para 2013 en Copa Libertadores, de nueve clasificados, todos quedaron eliminados en fase de grupos salvo Unión Española que llegó a octavos de final en 2014. Y en Copa Sudamericana, de doce clasificados: seis fuera en primera fase, tres en segunda fase y sólo tres llegaron a octavos de final.
A los torneos internacionales tienen que ir los mejores. Y si el mejor juega todos los campeonatos bien por ellos, lo merecen por ser los más destacados en sus torneos respectivos.
Tanto nos costó eliminar los play-offs, aquella medida que pretendía hacer el fútbol local más igualitario a la hora de tener campeones (cosa que no resultó) como para ahora tener que lidiar con otro cáncer. Enfermedad que sólo nos deja mal parados ante Sudamérica, todo lo contrario a lo que ocurre actualmente con la selección chilena.