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Fútbol global de ida y vuelta

Daniel vive en Venezuela, sus padres son chilenos.

Vibra con el equipo de Bielsa y es simpatizante de la UC, pero su pasión es Arsenal de Inglaterra.

Daniel vive en Venezuela, sus padres son chilenos. Vibra con "La Roja" y es simpatizante de la Universidad Católica. Pero su pasión es el Arsenal, el actual líder de la Liga Premier.

Su afición es tan profunda que su tío, Marcelo, se contagia. Ambos viajaron para despedirse de Highbury, el hogar del Arsenal durante más de noventa años. Ahora esperan conocer el Emirates.

Es una historia que se repite con miles de niños y jóvenes en Sudamérica y el mundo.

El columnista de la BBC, Tim Vickery, nos cuenta su experiencia.

"Tengo la impresión de que fui parte de una muy pequeña audiencia que presenció por televisión el partido de la Copa Sudamericana entre el Sport Ancash peruano y el Ñublense chileno el pasado martes.

Fue en la tarde hora local, coincidiendo con la primera jornada de la Liga de Campeones en Europa. Barcelona estuvo en acción, lo mismo que Chelsea, y pienso que en toda América del Sur -incluso en Chile y Perú- hubo más aficionados pendientes de los que hacían Messi o Lampard que los que pasaba entre Ancash y Ñublense.

Desde que mudé a Río de Janeiro hace 14 años la relación entre los aficionados sudamericanos y los clubes europeos se ha transformado considerablemente.

En 1994 habían muchas camisetas del Deportivo de la Coruña, como muestra de apoyo a Bebeto, la figura del club gallego y de la selección brasileña campeona del mundo.

También las había del Barcelona, donde jugaba Romario. El vínculo se producía a través del ídolo.

El primer amor

Pero hoy todo ha cambiado. Las calles de Río están llenas de camisetas del Chelsea, Manchester United, Real Madrid y muchas otras. Hace unos años visité Armenia, un pequeño pueblo colombiano, y en la calle vendían afiches y souvenirs del Arsenal inglés.

En los últimos años hemos alcanzado el punto en el que muchos aficionados de Sudamérica han construido un fuerte vínculo afectivo con clubes europeos, sin importar quién juega por ellos.

Si antes era Romario, o Ronaldo, o Rivaldo, o Ronaldinho, ahora es el Barcelona.

Es consecuencia de la globalización, que al igual que en muchas áreas, significa concentración.

Con la apertura de los mercados cada vez el consumidor tiene menos variedad. Los grandes bancos utilizan sus economías de escala para expandirse por el mundo. Los centros comerciales cada vez son más parecidos, con las grandes firmas absorbiendo a los pequeños empresarios.

De igual forma encuentras a los clubes más ricos de Europa cazando a los futbolistas con más talento en cualquier parte del mundo para competir en los principales torneos del orbe. Parece inevitable la dinámica de la globalización del fútbol.

Contragolpe

Pero por el bien del juego, es probable que también se haya producido un efecto secundario. Porque si en el ámbito de clubes el proceso de la globalización amplía las diferencias entre ricos y pobres, en el fútbol de selecciones produce un efecto contrario.

Un ejemplo es Paraguay, un país que ha experimentado un progreso admirable. De modesta población, la selección guaraní está encaminada a clasificar por cuarta vez consecutiva a la Copa del Mundo. Luego de ocho jornadas, Paraguay lidera la clasificación, cuatro puntos por encima de Brasil y Argentina.

La base del equipo la componen jugadores que participan en el extranjero, siendo sólo cuatro -de 25- los que juegan en el torneo local (Siete en Europa, nueve en México y el resto en otras ligas sudamericanas).

El mercado global les ha beneficiado a los jugadores paraguayos, quienes han emigrado hacia ligas más importantes y competitivas, aumentando su confianza y experiencia, que luego colocan al servicio de la selección nacional.

Uno de los comentarios que recibí la semana pasada criticó el tema de mi artículo. Me acusaron de perder el rumbo porque "a quién le importa Paraguay?".

Podemos quedarnos indiferentes por los pensamientos de un alma tan estrecha o aceptar que es una opinión que mucha gente comparte en el fútbol actual.

Dada la atención que genera un duelo entre Chelsea y Manchester United, no es sorpresa que muchos consideren que cualquier otro tema sea una pérdida de tiempo.

Pero creemos que el fútbol de selecciones demuestra que no es así. Porque el caso de Paraguay también es válido para muchos otros países, especialmente en África".