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Argentina dividida, Argentina unida

Pasado el mediodía del domingo en Buenos Aires, el gran clásico del fútbol argentino y mundial separaba a millones de apasionados. Después, sin pausa, los que se miraban de reojo sacaron la camiseta de los "Pumas" del seleccionado de rugby. Guardaron las de River y Boca, y en menos de cinco minutos todos estaban siguiendo el match frente a Escocia.

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Por José Antonio Prieto, enviado especial a Buenos Aires

 

El título refleja lo que encontré al llegar a Buenos Aires pasado el mediodía del domingo. El gran clásico del fútbol argentino y mundial separaba a millones de apasionados.

 

River y Boca estaban fijos en la mente de todos. El horario del partido obligó a adelantar el ritual del almuerzo dominguero. Los restaurantes repletos y los comensales con la boca abierta no para tragar, sino que para mirar la televisión. Muchos platos debieron ser recalentados en "Panini" en el barrio de la Recoleta.

 

El River demoledor de los primeros minutos recogió gritos de apoyo y festejos. La dueña del restaurante festejó algo contraída ya que entre sus clientes también estaban los boquenses, que alguna exclamación pudieron lanzar cuando su arquero detuvo un penal.

 

El clásico quedó marcado desde un inicio para los "millonarios" no solo por los goles sino que por la expulsión de Banegas por parte de Boca.

 

El segundo tiempo estuvo de más, el triunfo de River nunca estuvo en peligro y al final el festejo, también moderado, fue con abrazos.

 

Pero en toda Argentina la magia del deporte se hizo presente de inmediato. Sin pausa los que se miraban de reojo en el clásico, sacaron la camiseta de los "Pumas" del seleccionado de rugby. Guardaron las de River y Boca, y en menos de cinco minutos todos estaban siguiendo el match por el Mundial frente a Escocia.

 

El domingo sin dudas que será un día histórico para el deporte de la ovalada, no solo por ganarle a los escoceses y clasificar para las semifinales de una Copa Mundial por primera vez. Todos recordarán el hito de mover el horario del espectáculo deportivo que significa un River-Boca para que todos pudieran seguir el rugby.

 

Al final festejaron juntos los archienemigos del fútbol gracias al rugby.

 

¿Pasará lo mismo con la selección de fútbol que el próximo sábado juega con Chile por las clasificatorias mundialistas?

 

Es muy probable que el fenómeno de los "enanitos mágicos" lo consiga. Aquí todos hablan de la posibilidad de ver juntos a Messí, Tévez y Agüero, que deslumbran en Barcelona, Manchester United y Atlético de Madrid.

 

Este lunes se inicia la semana de entrenamientos que seguramente comenzará a encender la chispa para debatir sobre titulares y reservas, que le da pasión a los hinchas del equipo albiceleste. (Cooperativa.cl)