Episodio racista desató escándalo en Udinese, próximo equipo de Damián Pizarro
Algunos fanáticos insultaron al portero de AC Milan.
El director general de Udinese, el italiano Franco Collavino, aseguró que el club expulsará de por vida a los aficionados que profirieron los gritos y cánticos racistas contra el francés Mike Maignan, portero de AC Milan, que obligaron a suspender el encuentro de este sábado durante varios minutos.
El cuadro de Friuli no tolerará a los racistas en su estadio y, una vez identificados por las autoridades policiales, serán expulsados de por vida tras los lamentables hechos que provocaron en el Blueenergy Stadium el pasado sábado.
La sanción policial, conocida en Italia como un Daspo (prohibición de acceso a acontecimientos deportivos), puede ser temporal, por lo que Udinese decidió que los actos tengan consecuencias indefinidas independientemente del castigo de las autoridades.
"Un Daspo tiene una duración limitada, pero el club puede decidir excluir a un aficionado de un estadio durante más tiempo. Trabajaremos para excluirlos del estadio de por vida", declaró Collavino en el programa televisivo "Rai Minuto 90".
El mandatario aseguró que fue un incidente aislado en el que solo participaron tres individuos. La Policía trabaja desde el sábado con ayuda del club para encontrar a los culpables.
"Udinese está decidido a ir a identificar a los responsables de estos gestos y lo hizo inmediatamente porque ya al final del primer tiempo activamos a todas las autoridades, incluidas las policiales, para que se encuentren los responsables. Lo que es seguro es que fueron una, dos, a lo sumo tres personas. En cualquier caso no hubo cánticos", expuso.
Durante el encuentro, el meta avisó al colegiado durante la primera hora en varias ocasiones de estar recibiendo insultos racistas hasta que se hartó de la situación.
El meta se marchó al vestuario y el resto de sus compañeros le siguieron dentro. Por la megafonía del estadio se pidió que cesaran los coros.
Cuatro minutos después, en el 38 de la primera mitad, con 0-1 en el marcador en favor de los rossoneri y algunos de los jugadores de Udinese pidiendo explicaciones a su propia afición, Maignan y el resto de jugadores de Milan volvieron al campo y el colegiado reanudó el encuentro.
El árbitro avisó de que, en caso de nuevos insultos racistas, el partido sería suspendido definitivamente.