Chelsea sometió a Manchester City y lo venció por 1-0 en la gran final de la Champions League en el Estadio do Dragao de Oporto, conquistando por segunda vez en su historia el certamen, luego del conseguido en 2012.

Los "blues" dominaron de principio a fin el compromiso en Portugal, y se generaron ocasiones rápidamente, particularmente Timo Werner, quien tuvo dos inmejorables oportunidades, pifiando en una y definiendo muy débil en la otra, algo poco común en un goleador como él.

Tras una leve reacción de los "ciudadanos", la escuadra de Thomas Tuchel recuperó la superioridad en el final de la primera mitad, pese una lesión de Thiago Silva (quien salió llorando), y llegó al gol en los 41 minutos, gracias al alemán Kai Havertz, quien eludió y dejó en el suelo al portero Ederson, definiendo con arco descubierto.

En el segundo tiempo, el elenco "mancuniano" buscó de forma desesperada la igualdad, sumando atacantes como Gabriel Jesus y Sergio Agüero, pero perdiendo también con lágrimas a Kevin De Bruyne, quien salió lesionado, por lo que su equipo perdió tránsito a ras de pasto.

Sobre el final, con siete minutos de descuento, el City estuvo muy cerca de convertir el empate en los 90+6', con un disparo de derecha de Riyad Mahrez que pasó apenas elevado de la portería de los londinenses, que pocos segundos después estallaron de alegría con el pitazo final, así como los "citizens" cayeron en un desconsolado llanto, sobre todo Agüero que jugó su último partido con la camiseta del equipo de Manchester.

Chelsea ganó su segunda corona en este certamen, tras la obtenida en 2012, y tumbó al elenco de Pep Guardiola, que sumará al menos 11 años sin levantar la "orejona".