La polémica compra de Huachipato salpica a la U. de Chile y a Ñublense
La reciente adquisición del club Huachipato, reveló una serie de situaciones.
La compra de Huachipato por parte de Hernán Rosemblum ha encendido las alarmas debido a los nexos entre los actores involucrados. La operación, financiada con un préstamo de US$3,6 millones proporcionado por un fondo con sede en Delaware, administrado por Patricio Kiblisky y Jacques Gliksberg, ha levantado sospechas sobre posibles conflictos de interés.
El traspaso se realizó casi simultáneamente con medidas regulatorias que afectaron a Sartor AGF y que influyeron en la estructura de control de la Universidad de Chile, otro de los clubes mencionados en estas redes empresariales. Victoriano Cerda, excontrolador de Huachipato y socio de Gliksberg en una compañía en Miami, también figura como protagonista clave en estas conexiones.
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Hernán Rosemblum, un nuevo dueño con la sombra de antiguos socios
Rosemblum, quien fue gerente general de Ñublense en la época en que Kiblisky era su propietario, negó en entrevista con La Tercera cualquier participación de este último en la operación, declarando que el préstamo fue respaldado por su familia.
Sin embargo, documentos obtenidos por Ciper confirman que el dinero provenía de Sportscap Credit Fund LLC, un fondo administrado por Kiblisky, lo que contradice las declaraciones del nuevo controlador de Huachipato.
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Negocios cruzados y la U bajo la lupa
El entramado financiero y comercial entre los actores de la venta de Huachipato se extiende más allá del ámbito deportivo. Documentos notariales revelan que Sartor AGF, cuyo control fue intervenido por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), había otorgado créditos a Ñublense cuando era controlado por la familia Kiblisky. Este tipo de relaciones genera interrogantes sobre posibles conflictos de interés y manejo de fondos.
En lo deportivo, las transferencias de jugadores entre Huachipato y la Universidad de Chile también han sido objeto de escrutinio. En 2022, la venta de Israel Poblete e Ignacio Tapia reportó ingresos significativos al club acerero, mientras que en 2023 destacó la transferencia del portero Gabriel Castellón. Sin embargo, los montos y condiciones de estas operaciones han generado sospechas sobre su transparencia y posibles beneficios cruzados entre los involucrados.
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Un panorama lleno de interrogantes
La reciente adquisición de Huachipato no sólo destaca por su relevancia deportiva, sino también por las complejas redes de negocios y financiaciones que se entrelazan en su trastienda.
La participación de figuras como Rosemblum, Cerda y Kiblisky, además de las medidas regulatorias que impactaron a Sartor AGF, plantean preguntas sobre la transparencia y la integridad de las operaciones en el fútbol chileno. Este caso podría ser solo una muestra de los intrincados lazos entre el deporte y el mundo empresarial en el país.
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