Gobernación de Río de Janeiro rescindió contrato de concesión del Estadio Maracaná
La autoridad carioca aseguró que no corren riesgo los partidos de Copa América que se jugarán ahí.
La gobernación del estado brasileño de Río de Janeiro anunció este lunes la rescisión unilateral del contrato por el que le concedió en 2013 y por 35 años la gestión del famoso Estadio Maracaná, el mayor "templo" del fútbol de Brasil, a un consorcio liderado por la constructora Odebrecht.
La rescisión fue anunciada este lunes en una rueda de prensa por el gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, que alegó que la concesionaria dejó de cumplir parte de sus compromisos, incluyendo el pago de los respectivos derechos para explotar el estadio.
Según Witzel, el consorcio que administraba el Maracaná, que ha sido palco de las finales de dos mundiales de fútbol, tiene una deuda de 38 millones de reales (unos 10 millones de dólares) con la gobernación de Río de Janeiro por cuotas que dejó de pagar desde mayo de 2017.
El gobernador agregó que estableció un plazo de 30 días, hasta el 19 de abril, para que el consorcio abandone el complejo deportivo del Maracaná, que incluye el gimnasio Maracanazinho y una pista de atletismo, y entregue las instalaciones en el estado en que las recibió.
Según explicó, los partidos de la Copa América ya programados en el Maracaná tampoco se verán afectados.
Además de albergar la final de la Copa América el 7 de julio próximo, el estadio de Río de Janeiro será escenario de otros cuatro partidos de la competición: Paraguay-Catar (16 de junio), Bolivia-Perú (18 de junio) y Chile-Uruguay (24 de junio) por la fase de grupos y uno de los compromisos por cuartos de final el 28 de junio.