Municipal Iquique dio el golpe en Puerto Montt y avanzó a la final de la Copa Chile
El cuadro de José Cantillana venció a la escuadra sureña en Chinquihue.
El elenco celeste jugará por segundo año consecutivo el duelo decisivo del certamen copero.
En un partido intenso de comienzo a fin, Municipal Iquique dio el gran golpe de las semifinales de la Copa Chile al batir como visitante a Puerto Montt por 2-3 y así instalarse por segundo año consecutivo en la final del certamen.
En el Estadio Chinquihue, el elenco iquiqueño aprovechó su inspiración, y por sobre todo, el mal desempeño de los locales para comenzar a edificar su victoria en el primer tiempo.
Pese a que las ocasiones de gol se sucedieron, recién a los 26 minutos el equipo de José Cantillana encontró la apertura de la cuenta en un tiro libre de Néstor Contreras. La esférica dio en la barrera y descolocó al portero Carlos Espinoza.
Balde de agua fría para los dueños de casa, quienes intentaron la reacción, pero Iquique no tuvo piedad y busco el jaque mate. A los 30' un error en la zaga puertomontina le permitió a Alvaro Ramos dejar solo a Marco Olea y el delantero de Universidad de Chile no perdonó para marcar el 0-2.
Ya no era sorpresa y solo en el complemento llegó la reacción de los locales. Junto con la suave lluvia que cayó sobre el sur, el equipo de Jaime Vera logró despertar y en los primeros minutos logró acorralara a los nortinos.
Fue así como a los 56 minutos apareció Patricio Peralta, quien con una volea logró el descuento. Se encendió la ilusión y Puerto Montt se fue con todo en busca del empate.
Mejoró en su disposición y avanzó en el campo para ponerse a las puertas de la paridad, pero cuando mejor jugaba un contragolpe comandado por Fernando Martel terminó con Frank Carilao decretando el 1-3.
Silencio total en Chinquihue, no obstante, Puerto Montt tuvo tiempo para ilusionarse puesto que a los 86' Ricardo Parada volvió a descontar.
Los minutos finales fueron de infarto. Puerto Montt tuvo el empate, pero fallaron en el finiquito y con el pitazo de Enrique Osses, los celestes dieron paso a las celebraciones.