Este viernes la UEFA dará a conocer su fallo sobre el partido entre Dinamarca y Suecia

La Comisión de Control y Disciplina de la Unión Europea de Asociaciones de Fútbol (UEFA), informó que este viernes decidirá respecto al partido entre Dinamarca y Suecia, disputado en el Estadio Parken de Copenhague, el que fue suspendido cuando se encontraba empatado 3-3 y luego que un aficionado ingresara al campo de juego para agredir al juez Herbert Fandel.

 

El árbitro alemán marcó un penal y expulsó al local Cristiano Poulsen por una agresión a un rival sueco en los minutos finales del partido, en los momentos en que un aficionado ingresó al campo y trató de golpear al juez pero fue contenido por un jugador.

 

El hecho provocó que Fandel suspendiera el partido eliminatorio rumbo a la Eurocopa Austria-Suiza 2008, y ya el organismo anunció que estudiará el caso para dictar una resolución el viernes próximo.

 

"La UEFA escuchará las declaraciones del árbitro y de los delegados del partido e investigará el incidente", señaló el organismo a través de un comunicado en su sitio web

 

El hincha danés, de 29 años, confesó este lunes en una entrevista con el diario Ekstra Bladet que perdió la razón y pidió perdón a su país por su acción.

 

"Todavía me cuesta creer que esto realmente ocurrió, que soy el culpable. Quiero pedir perdón a toda Dinamarca: les estropeé una noche fantástica a muchos y las opciones de clasificar de la selección", declaró el individuo, cuya identidad permanece protegida, ya que la policía teme por su seguridad.

 

El aficionado, que reside desde hace tres años en la cercana localidad sueca de Gotemburgo, fue puesto en libertad el domingo por el juez, tras ser detenido y acusado de agresión.

 

En la foto que aparece en el matutino, luce una escayola en su mano derecha por una fractura en un dedo que se produjo después de su arresto en el Estadio Parken, al golpear en un acto de frustración con el puño una pared del baño.

 

Según su relato, se enfadó cuando Fandel expulsó al danés Christian Poulsen, forzó la valla de seguridad y saltó al campo, pero no recuerda si atacó al árbitro, lo que atribuye a haber bebido entre 15 y 20 cervezas antes del partido.

 

"Cuando Michael Gravgaard -defensa danés- me grita, me doy cuenta de dónde estoy y de la situación. Honestamente, no pensé lo que hice", señaló el hincha, que no tiene antecedente penales y asegura odiar la violencia.

 

El hombre, al que la prensa y los jugadores locales calificaron unánimemente de "idiota", confesó que nunca se ha arrepentido tanto de algo y espera poder disculparse algún día personalmente ante el juez alemán. (Agencias)