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Eramos muchos... y parió mi abuela

En Puerto Ordaz estábamos apretados y nos cayó Ecuador -que llegó enojado y con soberbia suficiente para mirarnos sobre el hombro- y amenazan con llegar los brasileños y mexicanos.

Llévatelo:

Por Aldo Schiappacasse desde Venezuela.

 

Amaneció lloviendo sobre Puerto Ordaz. Pero no me quejo. Me acuerdo de las temperaturas en Santiago y me alivio pensando que el viento y la humedad amortiguan un calor que jamás ha llegado a ser insoportable.

 

En el Caribe la cosa es rara. Hace calor y mucho, pero el aire acondicionado convierte la vida en un extremismo peligroso. La frase más pronunciada por los chilenos en estos días es "me baja el aire, por favor". Es como si jamás se acostumbraran al calor, como si la aspiración máxima fuera vivir en un frío polar y esa negación permanente convierte a ciudades por Puerto Ordaz en las más heladas que recuerde.

 

Hay un viejo dicho español que me enseñó Antonio Martínez: "éramos muchos y parió mi abuela". Acá ya estábamos apretados y ayer nos cayó Ecuador –que llegó enojado y con soberbia suficiente para mirarnos sobre el hombro- y este lunes amenazan con llegar los brasileños y mexicanos. Eso quiere decir que habrá cuatro caravanas militares por las calles, hordas de periodistas, hinchas y, espero, batucadas. Cada convoy seleccionado está compuesto de cinco furgones, dos buses, cinco motocicletas, dos jeeps y... una ambulancia.

 

Okey, sé que me dirán que de fútbol se habla poco en este espacio, pero hagan justicia. Ayer la selección jugó tenis fútbol y practicó tiros al palo, dos cosas que sacan de quicio al Presidente de la ANFP, Harold Mayne Nicholls, quien para fortuna de Acosta, todavía no llega. Para eximir al sufrido y calvo entrenador, digamos que no hay muchas opciones más: ayer practicó bajo un diluvio y en la tarde se necesitaba un bote para reconocer el estadio Cachamay, donde se sigue trabajando con ahínco y que tiene incluso... ¡una guardería infantil para dejar a los cabros chicos mientras se mira el partido!

 

La selección se encamina a "replicar" el esquema de Colo Colo 2006, y lo digo pese a que cada vez que se habla del tema, Nelson Acosta se engrifa. Nombre por nombre, sólo tres defensas son "incrustaciones". Para los que aún no lo saben, les recito: Bravo; Riffo, Vargas y Contreras; Fierro, Sanhueza, Meléndez y M. González; Valdivia, Fernández y Suazo. Acosta dice que es el mismo esquema que en Francia 98, donde la base era la U. Y yo creo que debe haber varios jugadores temerosos de la opción porque es permeable, como lo demostró más de una vez la escuadra de Borghi, que en torneos en serio y ante rivales calificados no pudo pararse adecuadamente.

 

Al DT le da lata hablar de tácticas, por lo que estoy impedido de hablarle de mi opción: un 3-3-3-1 que creo sería original y novedoso. Pero por estos días –y con toda razón- el fútbol numérico da para todo y al final inoficioso, porque en una de esas Acosta, siempre impredecible, nos cambia el equipo.

 

Es una mala jornada. El Presidente Chávez tiene la culpa. Los domingos –todos los domingos- rige ley seca para todo el territorio venezolano. Los bares cierran, no se vende alcohol y no se puede beber públicamente. Para que el lunes por la mañana sea más provechoso, dicen. Aunque yo tengo mis dudas.