El noruego Jakob Ingebrigtsen dio una exhibición en el Estadio Rey Balduino de Bruselas (Bélgica) y pulverizó con un tiempo de 4'43''13 el récord del mundo de 2.000 metros que, con 4'44''79, estaba en posesión del marroquí Hicham El Guerrouj desde hace 24 años, desde el 7 de septiembre de 1999.

La carrera contó con tres liebres, el francés Mounir Akbache y los kenianos Boaz Kiprugut y Cornelius Tuwei, que hicieron su trabajo a la perfección para dejar lanzado a Ingebrigtsen, que llegó a sacar en meta más de treinta metros al grupo perseguidor.

El noruego saltó a la pista muy concentrado, desde el principio se puso al ritmo de las liebres y, cuando se quedó solo para afrontar los últimos quinientos metros, cambió de ritmo, fue abriendo brecha con el resto de atletas y entró en meta con una enorme superioridad por delante de las luces verdes que, a pie de pista por el lado del césped, iban avisando de los tiempos del récord.

Ingebrigtsen cumplió sobre la pista lo que tenía preparado en mente y realizó unos parciales vertiginosos al paso cada cuatrocientos metros registrando 56.67, 56.77, 57.35, 57.33 y un último en 55.00.

Con este logro, y a la espera de la final de la Liga de Diamante en Eugene (EE.UU.) la próxima semana, la temporada de aire libre de Ingebrigtsen está siendo redonda ya que en julio batió su propio récord europeo de 1.500 metros en Silesia (Polonia) con 3'27''14, el 9 de junio, en París, hizo el mejor tiempo mundial en las dos millas con 7'54''10 y en el reciente Mundial de Budapest logró el oro en los 5.000 metros y la plata en los 1.500.

En la carrera también se batieron cuatro récords nacionales por medio del keniano Reynold Kipkorir Cheruiyot (4:48.14), el neerlandés Niels Laros (4:49.68), el español Mario García Romo (4:49.85) y el belga Jochem Vermeulen (5:03.24)