La velocidad busca al sucesor de Usain Bolt en el Mundial de Atletismo más tórrido
Justin Gatlin intentará defender el título de 100 metros ante la amenaza de Christian Coleman en la calurosa Doha.
El Mundial más tardío de la historia, en el moderno Khalifa Stadium erigido sobre el desierto de Doha, convocan a la batalla por el liderazgo del atletismo mundial, vacante desde que el astro jamaicano Usain Bolt, cuya gigantesca figura ha marcado el último decenio, se retiró cojeando en la edición de Londres 2017.
El campeonato recala en Qatar precedido de una intensa polémica sobre las condiciones ambientales en que se desarrollarán las pruebas fuera del estadio (maratón y marcha) y el peligro que para la salud de los atletas representa la combinación de temperaturas en torno a los 33 grados con una humedad superior al 60 por ciento.
En sus 16 ediciones anteriores, el campeonato del mundo de atletismo nunca había terminado después del 6 de septiembre. La decimoséptima convocatoria, la primera sin Usain Bolt, entrará de lleno en el mes de octubre para minimizar esa amenaza.
El Mundial qatarí estará tocado por la nostalgia de Bolt, dos años después de que, el 12 de agosto de 2017, en Londres, un calambre en el isquiotibial izquierdo precipitara un doloroso adiós del más grande. Con un modesto bronce, el "Relámpago" se despidió de las pistas para penetrar en el territorio de la leyenda, después de haber cargado sobre sus espaldas con casi todo el peso del atletismo durante 10 años.
Desde entonces, nadie ha sido capaz de ocupar tan descomunal vacío. Once veces campeón mundial y ocho olímpico, Bolt dejaba huérfano al rey de los deportes.
La misma pista azul londinense alumbró a sus dos sucesores: el veterano Justin Gatlin le arrebató el título de 100 metros con un crono de 9"92 -el propio Bolt sólo fue tercero con 9.95- y el turco Ramil Guliyev heredó su corona en 200 con un registro de 20"09. Pero ninguno de ellos está tocado con la gracia divina de Usain.
Doha tendrá que elegir el domingo 29 de septiembre al nuevo rey del atletismo, o al menos confirmar al ser humano más rápido del planeta, y los dos candidatos a ocupar el trono nacieron en Estados Unidos.
Todavía con el susto en el cuerpo tras escapar, por un tecnicismo legal, a una sanción de dos años por no justificar tres faltas a controles de dopaje por sorpresa en el plazo de 12 meses, Christian Coleman, el hombre más veloz del mundo los dos últimos años y líder de la presente temporada en 100 metros (9"81), está llamado a erigirse en nuevo rey del esprint.
Sobre la pista de Doha, que repite el color rojo de Beijing y Londres después de los azules de Berlín, Daegu y Moscú, estará su compatriota Gatlin, que defenderá el título con 37 años, 12 más que el principal aspirante, y el joven nigeriano Divine Oduduru, segundo del ránking con un registro de 9"86.
La carrera de 200 metros, el martes 1 de octubre, tendrá un solo favorito, el antiguo gimnasta estadounidense Noah Lyles, capaz de elevar sus rodillas por encima de la cabeza de Gatlin (que mide 1,85) en sus saltos acrobáticos de calentamiento, momentos antes de apostarse en los tacos de salida. Encabeza el ránking del año con 19"50 y cualquier resultado que no sea su triunfo será considerado una gran sorpresa: tanta es la distancia que le separa del segundo en la lista, otra vez Oduduru (19"73).
Ese mismo día estarán los únicos dos chilenos en competencia, el campeón y el vicecampeón panamericano, Gabriel Kehr y Humberto Mansilla, en el lanzamiento del martillo.
El estrellato femenino también está en juego y se dirimirá, principalmente, en un duelo espectacular sobre el foso de salto triple. La venezolana Yulimar Rojas, defensora del título, se enfrenta a la mejor atleta mundial del año 2018, la colombiana Caterine Ibargüen, campeona olímpica, en presencia de la titular europea bajo techo, la española Ana Peleteiro, y de la jamaicana Shanieka Ricketts, que llega con la segunda mejor marca entre las 29 contendientes (14,93).
El 6 de septiembre pasado, en la localidad española de Andújar, Yulimar Rojas se encaramó, con 23 años, al segundo lugar del ránking de todos los tiempos con un vuelo de 15,41 metros. Sólo la ucraniana Inessa Kravets, plusmarquista mundial, la precede con 15,50. Si revalida el título, la discípula del cubano Iván Pedroso emulará a Ibarguen, la cubana Yargelis Savigne y la rusa Tatyana Lebedeva como doble campeona mundial de triple.
Rojas ha ganado este año seis de sus ocho competiciones al aire libre, pero ha perdido frente a Ibargüen, que alterna el triple con la longitud, y contra Ricketts en la final de la Diamond League.
El memorial de ausencias lo encabeza la androgénica sudafricana Caster Semenya, que ha preferido renunciar a la defensa de su corona de 800 antes que someterse a medicación para reducir a 5 nanomolos por litro de sangre que exigen las nuevas normas de la IAAF si quiere competir en categoría femenina en carreras que van desde los 400 metros hasta la milla.
Tampoco estará el mejor corredor de maratón de la historia, el keniano Eliud Kipchoge (plusmarquista mundial con 2h01'39"), que sólo una semana después de estos campeonatos, en Viena, realizará su segundo asalto al muro de las dos horas en el proyecto Ineos.
Doha 2019 será, en todo caso, un Mundial atípico, engendrado entre sospechas de corrupción en el entorno del anterior presidente de la IAAF, el senegalés Lamine Diack; amenazado por la bandera negra -código que aconseja la suspensión de una prueba por calor excesivo- y en un año preolímpico en el que, como es tradicional, algunos atletas prefieren tomárselo con calma.