La columna de Pelotazo: Nada es imposible
Esta semana comienza la ilusión chilena en la Copa Davis.
Cuando hace 10 años Nicolás Massú terminó ese eterno partido de Copa Davis ante el austriaco Stefan Koubek nació una de las frases más recordadas en la historia de nuestro deporte: "Nada es imposible hueón, ni una huea". Si lo decía el viñamarino, cómo no creerle.
2002. Final del ATP de Buenos Aires. Agustín Calleri ganaba 6-2, 5-1 y 15-0 al "Vampiro", donde después tuvo dos match point para quedarse con el título ante su gente. ¿Qué pasó? Título para el chileno por 2-6, 7-6 y 6-2, donde levantó su primera copa como profesional a los 22 años.
2004. Final de dobles olímpica cuando junto a Fernando González dieron la primera presea dorada al deporte criollo. En el cuarto set los alemanes Nicolas Kiefer y Rainer Schüttler tuvieron cuatro puntos de partido en el tie break, pero los chilenos lo dieron vuelta y ganaron la final en cinco sets.
2004. Final de singles olímpica. El cansancio del dobles no mermó para que ganara una nueva medalla de oro en cinco sets, esta vez ante el estadounidense Mardy Fish.
Con esas tres batallas exitosas, lo de Rancagua fue una raya más del tigre. Si Massú tiene algo, es que pelea todo hasta el final. Lo hizo dentro de la cancha y ahora lo traspasa a sus dirigidos fuera de ella. Y eso que es una actitud en el deporte, termina siendo una enseñanza de vida.
Una experiencia que es una fuente de ahorro pensando en la Copa Davis que comienza esta semana en Madrid. El ex tenista ahora es el capitán y con su conocimiento y su empuje ha sido de gran ayuda para el equipo durante cinco años, donde la clave ha sido seguir en el cargo pese a las caídas. Se confió en su aporte y no se han equivocado.
En 2014 Chile perdió con Barbados (2-3) y ganó a Paraguay (5-0).
En 2015 se venció a Perú (5-0), a México (5-0) y a Venezuela (5-0).
En 2016 venció a República Dominicana (5-0), a Colombia (3-1) y perdió con Canadá (0-5).
En 2017 derrotó a República Dominicana (5-0) y perdió con Colombia (1-3).
En 2018 venció a Ecuador (3-1) y perdió con Argentina (2-3).
Y en 2019, en una llave reñida, venció como visita a Austria (3-2) clasificando a la fase de grupos del torneo.
Ahora será distinto a antes. Ya no serán llaves con local y visita (salvo los que enfrenten a España). Será terreno neutral y esa instancia nueva ilusiona pese a que jugar ante Argentina y Alemania será complejo.
El gran año de Cristián Garín y el buen juego de Nicolás Jarry cuando anda enfocado son las cartas de Chile para soñar con un cierre de año inolvidable, tal como lo ha sido este camino de cinco años.
A esperar que nuestros tenistas sigan creciendo como lo han hecho representando al país y que Massú les siga contagiando esa entrega necesaria para pelear todos los partidos.
Al menos ya podemos soñar. Porque nada es imposible...