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La columna de Pelotazo: Llorar por fútbol

¿Cuándo fue la primera y la última vez que te cayeron lágrimas por un partido?

La columna de Pelotazo: Llorar por fútbol
Llévatelo:

Tras el gol 215 de Esteban Paredes leí a hinchas de Colo Colo diciendo en redes sociales que habían llorado. Algunos compartieron esa emoción y otros los trataron de exagerados.

Mal estos últimos, ya que las emociones son personales y todos tenemos distintas reacciones ante los momentos que nos toca vivir. Si remitimos esto al fútbol, hay partidos para destacar donde pudimos llorar de alegría, de pena o de rabia.

El 4 de julio de 2015 muchos lloramos tras el gol de Alexis Sánchez. Era el primer título tras 99 años de competencia de la selección chilena.

Otros lloraron un año antes, en los octavos de final del Mundial de Brasil. Gary Medel no fue el único que botó lágrimas tras quedar eliminados por penales ante los locales.

¿Más lágrimas por la Roja? Las finales de las Copas América 1979 y 1987. La última fecha del camino a Rusia 2018. La eliminación de la Copa América 2011. Y por supuesto, el bicampeonato de América en 2016.

Cuando Marcelo Salas se convirtió en único goleador histórico de la Roja en 2005, con su gol ante Bolivia, lloró. El Matador estuvo cuatro años sin anotar por la selección chilena, dos de ellos fuera por una lesión, y parecía lógico que se emocionara así.

A su vez Marcelo Díaz cuando la Roja perdió la final de la Copa Confederaciones 2017 ante Alemania también terminó llorando. Se sintió responsable por el gol germano. Así hay muchos casos.

Metámonos en la cabeza de los hinchas de clubes chilenos.

Si nos referimos a Colo Colo hubo lágrimas el 5 de junio de 1991 cuando ganaron la Copa Libertadores y también las hubo el 13 de diciembre de 2006 cuando perdieron la Copa Sudamericana.

En el caso de Universidad de Chile se vieron ojos llorosos el 14 de diciembre de 2011 cuando levantaron la Copa Sudamericana y también el 15 de enero de 1989 cuando descendieron a Segunda División.

Si miramos a Universidad Católica vimos fanáticos llorando el 30 de abril de 2016 cuando ganaron el Torneo de Apertura con el gol de José Pedro Fuenzalida y a otros igual cuando perdieron la final de Copa Libertadores ante Sao Paulo.

Otros casos.

Cobreloa. Bicampeón nacional en 2003 y perdiendo dos finales de Copa Libertadores.

Unión Española. Supercampeones en 2013 y descendiendo a Segunda División en 1997.

Wanderers. Campeones de Primera en 2001 y bajando a la B hace dos años en la Promoción con La Calera.

O'Higgins. Campeón del Apertura 2013 y perdiendo la final del Apertura 2012 por penales.

Cobresal. Campeón del Clausura 2015 y descendiendo a la B en 2017.

Palestino. Campeón de Chile en 1978 y perdiendo la final del Clausura 2008.

Everton. Campeón del Apertura 2008 y cayendo en la final de la Copa Chile 2016.

Son múltiples los ejemplos, múltiples las emociones y múltiples los llantos. Todos tenemos al menos uno y por lo mismo la invitación es a recordar y a respetar. Sobre todo lo último, entendiendo que las redes sociales hoy nos quieren hacer creer que odiar está de moda.

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