Terminado el partido entre México y Chile el técnico del Tri, Gerardo Martino, se acercó a saludar a su par Reinaldo Rueda. El argentino, pudiendo estar alegre, fue serio al encuentro. El colombiano, pudiendo estar serio, estaba sonriente en el abrazo.

El mundo al revés. Martino, quizás respetuoso. Rueda, no sé.

Quedan 84 días para el debut en la Copa América ante Japón y cuesta ser optimista. Hay falencias y ausencias que provocan un rendimiento del 45,4 por ciento tras once partidos, donde sólo se ganaron cuatro. Eso no es para sonreír.

La defensa corporativa invita a bajar la crítica porque son sólo amistosos, sin embargo, tras 990 minutos de juego no se ve una evolución.

Siendo justos, sí se vio una evolución. Sólo una. Fue el primer tiempo ante los aztecas. De los "22 tiempos" que ha jugado el Chile de Rueda esos 45 minutos fueron los mejores de la selección bajo el mandato del entrenador cafetero.

Eso se justifica en una cosa. Que estén juntos en cancha Charles Aránguiz y Arturo Vidal. Porque el volante de Barcelona no las puede hacer todas (retroceder, quitar, proyectarse, habilitar...), entonces al estar el jugador de Bayer Leverkusen descansa en él y se complementa con él. No por nada son dos tercios del mediocampo bicampeón de América.

Tranquilos, no hablaré del tercio restante. Por ahora.

De los once partidos de Rueda en la Roja, sólo en tres estuvieron juntos estos futbolistas: Suecia, Corea del Sur y México. Aránguiz estuvo lesionado y su ausencia se notó en el resto de los duelos.

Con ellos dos y con el cambio táctico de usar cuatro volantes se vio una selección más fortalecida y con un DT que optó por usar dos delanteros ante la falta de punteros. Punto para él.

El problema estuvo en que en el segundo período se vio uno de los peores "tiempos" de los 22 antes mencionados. Desorden defensivo, dos goles recibidos en dos minutos y la incapacidad para reaccionar tras la desventaja. Porque en cancha había varios experimentados que no se notaron en el complemento. Te pueden hacer un gol, pero dos seguidos habla de desconcentración.

Ya con el 3-1 en contra Rueda optó por sacar a Iván Morales y poner a Gonzalo Jara, que volvió a la Roja tras el fatídico partido ante Brasil que nos dejó fuera de Rusia 2018. "¡Cómo saca un delantero si vamos perdiendo!", se leyó en algunos. Era para quedar con tres defensas en el fondo y soltar a los laterales. Buena idea, mal ejecutada.

Mal, porque era primera vez que lo hacía. Y en 18 minutos no se puede pretender lograr lo que no se probó en los 972 anteriores.

De todos modos el técnico de la Roja sabe que:

1- Tiene arquero titular: Arias.

2- En defensa puede jugar con cuatro o tres jugadores. Si son cuatro: Isla, Medel, Maripán y Mena. Teniendo en cuenta que Beausejour recuperado puede sacar al "Keno". Si son tres: crecen las chances de Jara para acompañar al "Pitbull" y al "Memo".

3- En el medio puede jugar con cuatro o tres jugadores. Si son cuatro: Pulgar, Aránguiz, Hernández, Vidal. Si son tres: los ya mencionados menos el "Tucu". Eso, según el DT, que en la generación de fútbol se salta al volante de corte. Quizás por eso no quiere a Díaz en el equipo. No le sirve para su idea. Veremos si cambia de opinión tras el partido con Estados Unidos.

4- Y en delantera puede jugar con tres o dos jugadores. Si son tres: Sánchez, Castillo, Sagal. No me peguen, es lo que ha usado. Debería ser Puch por Ángelo. Y si son dos: Alexis y Nicolás. Pero ojo, a la Roja le falta gol y creo que es pertinente pensar en el regreso de Vargas. Al menos para que pelee un puesto.

Muchas fórmulas para buscar un éxito que aún no se ve.