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La columna de Pelotazo: Jugar bien y jugar lindo

Jugar bien, para mí al menos, es que los jugadores impriman en cancha lo que el técnico les pide y que ello traiga resultados.

Jugar lindo, eso ya es debatible.

Foto: EFE La columna de Pelotazo: Jugar bien y jugar lindo
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El partido ante Bolivia tuvo sólo una cosa buena: el triunfo. La era de Juan Antonio Pizzi en la "Roja" lleva seis encuentros, donde se han cosechado dos victorias y cuatro derrotas, y aún no se vislumbra una clara idea de juego.

Cuando ello no se encuentra hay que apelar a las individualidades, las cuales te pueden salvar en un partido (o en dos). Es así como Arturo Vidal lidera este proceso como el jugador clave. Ante Venezuela (Clasificatorias) y contra los altiplánicos, el volante del Bayern Munich marcó los goles suficientes para quedarse con los tres puntos.

Alguien dirá que el ex Colo Colo no jugó bien el viernes pasado y capaz que tenga razón, pero nadie lo hizo igual o mejor. Esa es la gracia de tener un jugador de nivel mundial: aparece en el momento justo y listo.

Un argumento que apareció tras la victoria ante los "verdes" en redes sociales fue que "alguna vez nos tiene que tocar", en referencia que muchas veces se jugó bien y no se ganó. Eso puede usarse como broma para pasar el mal sabor de un partido como el de hace tres días, pero jamás para justificar un resultado. ¿La razón? Porque el fútbol poco sabe de justicia, porque el fútbol no es de merecimientos y porque no queda claro si jugábamos tan bien. Por algo pasaron 99 años para ganar nuestro primer título a nivel de selección.

El dilema

¿Qué es jugar bien? No es lo mismo que jugar lindo. Jugar bien, para mí al menos, es que los jugadores impriman en cancha lo que el técnico les pide y que ello traiga resultados. Grecia en 2004 ganó la Eurocopa jugando bien. Los futbolistas le hacían caso a Otto Rehhagel y eso siempre lo agradece el hincha, sobre todo los griegos.

¿Qué es jugar lindo? Eso es debatible porque para alguien la Grecia de hace 12 años pudo haber jugado lindo y para otros no. O para unos la España del 2008 o 2012 jugaba lindo y para otros no.

Ante ello quisiera saber cuánto falta para que Chile juegue bien, cuánto falta para que los jugadores entiendan lo que quiere Pizzi. Hago memoria y me acuerdo del 2010-2011 cuando este técnico dirigía a Universidad Católica. Fue campeona nacional después de cinco años, estuvo al borde del bicampeonato y fue cuartofinalista de Copa Libertadores. Eso no se logra con suerte, se logra con trabajo.

El problema es que no se nota todavía ni el juego, ni los resultados. Para la "Roja" por historia ganarle a Venezuela y Bolivia no es tema. Se le ganó con Juvenal Olmos, Nelson Acosta, Claudio Borghi, Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, defendiéndonos y atacando. Así que los dos triunfos de esta era no son nada inédito en nuestra historia, nada como para destacar.

En esto último aparece el enojo de muchos. Durante años, décadas, Chile jugó defensivamente, pero con Bielsa se demostró que se podía jugar de otra forma. Ello gustó, lo replicó Sampaoli y llegó la Copa América 2015.

"Mojar la camiseta"

El tema es que no se puede esperar que la "Roja" juegue así de por vida, porque no todos son iguales, porque no sabemos si los dirigentes quieren traer entrenadores así y porque no sabemos si los técnicos semejantes quieren venir a nuestro país. Bielsa no quiso volver, quizás cuántos otros no quisieron y se llegó a Pizzi.

Al final nos "drogamos" con un juego donde seamos protagonistas, pero pretender que eso sea de por vida es un suicidio. Primero, porque hay rivales que son parejos, sobre todo en las Clasificatorias Sudamericanas. Y segundo, porque nuestros jugadores están cansados. Pocos recuerdan que el 2014 hubo mundial, el 2015 Copa América, el 2016 Copa América, el 2017 habrá Copa Confederaciones y ojalá el 2018 haya mundial.

Cuando los clubes les permiten descansar, deben rendir con sus selecciones. No está de más recordar eso en vez de pedir "que corran como siempre". Por lo mismo hay que entender que jugar al ataque es desgastante y con los jugadores así es hipotecar las chances de ganar.

Lo otro que hay que desterrar es la crítica a que "no mojan la camiseta como antes". Si acaso alguien cree que mojar la camiseta está relacionado a jugar al ataque está muy equivocado. Si Chile fue tercero del mundo en 1962 es porque había jugadores que "la mojaban" aparte de tener una gran técnica. Y así también valen los ejemplos de los subcampeones de América en 1979 y 1987. No se fue campeón porque hubo rivales mejores o porque no estuvimos a la altura del desafío.

Estas líneas son una invitación a ser más fríos para analizar el presente de la "Roja" y a disfrutar a estos jugadores que tenemos, porque no sabemos cuándo volveremos a tener una generación así.

Queda a criterio de cada uno qué es más importante: el juego o el resultado final. Para mí lo segundo, porque lo primero no te asegura nada.