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La columna de Marcelo Barticciotto: Esta no es mi Noche Alba y tampoco creo que sea del hincha colocolino

El análisis del comentarista de Al Aire Libre para la presentación de refuerzos del "Cacique".

La columna de Marcelo Barticciotto: Esta no es mi Noche Alba y tampoco creo que sea del hincha colocolino

La Noche Alba fue creada especialmente para el colocolino, para la familia, para el disfrute y para pasar una jornada inolvidable.

Las sorpresas abundaban, desde los refuerzos hasta los artistas, las modelos, los animadores; había mucho para elegir o para disfrutar. Era una fiesta hecha, diseñada, pensada y elaborada exclusivamente para el colocolino.

Se hacía hasta lo imposible para satisfacer y conformar el paladar exigente del hincha albo que se fue acostumbrando a que esta fiesta sea el inicio de la esperanza, los sueños y la fe de tener un año lleno de éxitos.

Desde la Noche Alba se empezaba a soñar y, a partir de esta fiesta, comenzaba la ilusión de lo que iba a venir, o de lo que uno esperaba: un año lleno de triunfos y de éxito, coronado de alguna estrella, algún campeonato, buen juego y muchos goles.

Hubo épocas en que no había dinero, pero sí ingenio. No había presupuesto, pero sí gestión, y había mucho amor y mucha pasión por lo que se hacía. Todos colaborábamos, los que estaban o los que llegaban, pero todos sabíamos que no le podíamos fallar a esa gente que repletaba el Monumental y que esperaba con ansias su fiesta; porque que era eso, la fiesta de la gente, la fiesta del colocolino, la fiesta blanca.

No sé qué pensará usted colocolino, pero yo el otro día no vi una fiesta, no vi un espectáculo, no disfruté demasiado, y a usted tampoco lo vi disfrutar en gran medida, no lo vi llegar al Monumental con la misma alegría de siempre, ni con el mismo entusiasmo.

¿Será porque ya no lo toman tanto en cuenta? ¿Será porque lo ven como alguien ajeno a su propio club? ¿Será porque la fiesta ya no es pensada para ustedes? ¿O será que para lo único que los necesitan es para que compren la entrada y sean uno más de tantos ocupando un asiento?

¿Qué te hicieron, Noche Alba? ¿Qué fue de esa fiesta esperada por todos y que daba para hablar varios días? ¿Qué fue del brillo y de la luz que tenías? ¿Cuándo te transformaste en un simple evento más que en una verdadera fiesta?

Le vuelvo a hablar a usted, colocolino, que siempre está y va a estar a pesar de todo. Esta no es mi Noche Alba y tampoco creo que sea la suya, de Noche Alba lo único que le va quedando es el nombre, porque la fantasía ya la perdió hace rato.