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La columna de Manfred Schwager: Los dueños del título

El periodista de Al Aire Libre comenta el título de la NBA obtenido por Toronto Raptors.

Foto: EFE La columna de Manfred Schwager: Los dueños del título

Costó más de lo que esperaban, pero lo lograron. Toronto se proclamó campeón de la NBA, título que tiene como gran responsable a Masai Ujiri, el gerente deportivo de los Raptors que desde 2013 maneja todo: el plantel, el cuerpo técnico y hasta el estilo de juego que utilizará el equipo pasan por su aprobación.

Estos seis años han sido los mejores de la franquicia: cinco títulos de División, el mejor registro en la fase regular 2017-2018, y el título que acaban de conseguir, luego de tomar decisiones difíciles y hasta polémicas tras la última temporada.

La primera fue despedir a Dwane Casey justo después de ganar el premio al entrenador del año. Lo reemplazó su asistente, Nick Nurse, hasta entonces sin experiencia como entrenador jefe en la NBA.

La segunda fue traspasar a uno de los emblemas del equipo, el escolta DeMar DeRozan, que se fue a San Antonio a cambio de Kawhi Leonard, que buscaba salir de los Spurs, y en el análisis de Ujiri la pieza clave para lograr el título.

La apuesta por Leonard fue completa, al punto que gestionaron su carga de partidos en la temporada regular, donde disputó 60 de los 82 posibles, para evitar cualquier riesgo de lesión.

Así, Kawhi estuvo en los 24 partidos de play-offs que jugó Toronto, y también consiguió el premio al Jugador Más Valioso en las finales, merced a su buen rendimiento y a los 30,5 puntos y 9,1 rebotes que promedió en la postemporada.

Otro acierto de Ujiri fue traer a Marc Gasol a comienzos de febrero, para que el veterano pívot catalán entregara su experiencia y su versatilidad en la pintura y desde la línea de tres puntos.

Además, en Toronto se la jugaron por mantener al base Kyle Lowry, muy cuestionado por los fracasos anteriores de la franquicia. Lo mismo con Pascal Siakam y Fred VanVleet, jugadores que habían mostrado chispazos de buen nivel, pero que en esta temporada se convirtieron en fundamentales y en los play-offs fueron imparables para sus rivales.

De hecho, lo de VanVleet es para estudio: hasta el 20 de mayo, fecha en que nació su primer hijo, sumaba un 26 por ciento de aciertos en tiros de campo, y un magro 20 por ciento en triples; en nueve partidos desde que es padre, el base duplicó su porcentaje de tiros encestados, promedió un 53 por ciento en triples y anotó casi 15 puntos por encuentro.

Es innegable que Toronto también se benefició por las lesiones que afectaron a Golden State: las ausencias de dos buenos defensores como Kevin Durant y, fundamentalmente, Klay Thompson generaron ventajas que los Raptors supieron capitalizar.

Pero el mérito de los flamantes campeones de la NBA fue justamente ese: aprendieron de sus errores y derrotas, hicieron lo necesario para mejorar, y apostaron por el camino en el que creyeron. Un título muy merecido para Toronto, que demostró paso a paso que este sí podía ser su año, hasta que finalmente lo consiguieron.

Ahora es momento de celebrar, que luego viene lo difícil: defender la corona, y convencer a Kawhi Leonard para que se quede en el Norte.