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La columna de Manfred Schwager: Buenas compañías

Revisa la opinión del periodista de Al Aire Libre de Cooperativa en torno a la primera semana de NBA.

La columna de Manfred Schwager: Buenas compañías

Por Manfred Schwager, @mschwagerv

Aunque recién se completó la primera semana de la NBA, hay equipos que ya dan muestras de las virtudes con que disputan este nuevo año, y que son la base de sus esperanzas hacia la postemporada.

Ejemplo de ello es New Orleans, que contra todo pronóstico se vio mucho mejor en la segunda parte de la temporada pasada, justo después de la lesión que sufrió DeMarcus Cousins. Si bien se estaba entendiendo de maravillas con Anthony Davis, la principal figura de los Pelicans, la baja de "Boogie" obligó a modificar ligeramente su propuesta de juego.

Ese cambio también pasó por sumar a Nikola Mirotic, un ala-pívot de muy buena mano que en Chicago nunca logró consolidarse. Pero en New Orleans, Mirotic y su gran porcentaje en tiros de tres puntos fueron la pieza que le permitió dar un salto de calidad al equipo.

Los Pelicans cerraron la última temporada regular ganando 21 de sus 34 partidos, incluyendo una racha de diez triunfos al hilo. Aún más: volvieron a los play-offs tras tres años y lo hicieron barriendo a Portland en una de las sorpresas más recordadas del último tiempo en la NBA.

Si bien ese equipo perdió al lesionado Cousins y a Rajon Rondo, sus reemplazantes han dado con el tono justo para acompañar a Davis, un interno que es decisivo en defensa y en ataque, y que tras años de decepciones por fin tiene la compañía que merece.

Un camino similar es el que está transitando Milwaukee. Hace rato que Giannis Antetokounmpo es el mejor jugador en su plantel, pero fue el ex entrenador Jason Kidd quien tomó la –hasta hoy– decisión más importante para la carrera de 'La Maravilla Griega': puso el balón en sus manos.

Esta temporada el entrenador Mike Budenholzer aprovechó lo ya avanzado para radicalizar aún más la propuesta: que el jugador de 2,11 metros de estatura sea efectivamente el armador de todo el juego de los Bucks, rodeándolo de lanzadores que complementan el juego de un tipo con tamaño de pívot y mentalidad de guardia.

La apuesta de Budenholzer es clara, y ofrece una elección imposible a su rival de turno: cubrir a todos los jugadores para demorar un intento de tiro, o dejar a alguno libre para realizar una marca doble al imponente Antetokounmpo, quien de todas formas se da maña para llegar hasta el aro si así lo quiere.

Fue con una fórmula similar que Milwaukee llevó al séptimo partido a Boston en la primera ronda de los Playoffs de este año, una serie que seguramente se repetirá en los próximos años y que los Bucks pueden llegar a ganar, con una fórmula más trabajada y la experiencia que aporta un entrenador curtido en estas instancias.

Por ahora ambos equipos marchan invictos. Pero más allá de eso, lo rescatable es la propuesta en su conformación de plantel y estilo de juego. Sin requerir de una gran inversión se han convertido en interesantes animadores de la liga, donde avanzar algunas rondas en la postemporada parece estar al alcance de la mano en el futuro de ambas franquicias.