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La columna de José Arnaldo Pérez: No todo es alegría

El periodista de Al Aire Libre nuevamente nos entrega su mirada sobre el mundo polideportivo.

La columna de José Arnaldo Pérez: No todo es alegría
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Por José Arnaldo Pérez @Chascaperez

La actuación de Chile en los Juegos Parapanamericanos de Lima fue sobresaliente. Se superaron las más auspiciosas y optimistas de las proyecciones. Incluso casi se triplicó lo obtenido en la última edición de esta competencia el 2015 en Toronto. 34 medallas en total, once de ellas de oro. El desempeño de cada uno de ellos encabezados por Alberto Abarza quedará grabado. Escribieron páginas de gloria para nuestro deporte, que emocionan literalmente.

Pero muchos de estos héroes sufren enfermedades degenerativas y estremece saber que por más que se esfuercen serán sobrepasados, y tendrán que dejar el deporte competitivo. Por eso se ve en cada evento que enfrentan que dan lo mejor de ellos. Como pocos. Y abrazan la victoria con humildad, siendo para cada uno de nosotros un ejemplo.

El camino a los Juegos Olímpicos de Tokio se intensifica, hasta ahora pocos de los nuestros tienen los pasajes a la capital nipona, pero aún se sigue en la lucha para decir presente. El formidable momento de Benjamín Vidaurre en el Mountain Bike lo tiene muy cerca. Además de la medalla de bronce panamericana lograda en Lima hace un mes, ahora remató en el cuarto lugar del Mundial Mont-Sainte-Anne de Canadá en la categoría sub 23 lo que prácticamente lo clasificó, ya que otorga dos cupos, y como lo antecedieron dos suizos, quienes de paso van primeros en el ranking planetario donde pueden entrar directamente, la lista correría y a su corta edad diría presente en la mayor de las competencias.

Luego de la descollante participación del Remo en Lima, con las mellizas Abraham como estandartes, la ilusión de ver a Antonia y Melita haciendo algo similar en los Juegos Olímpicos nos golpeó y trajo drásticamente a la realidad, ya que en el Mundial de Ottensheim en Austria remataron en el último lugar de la final B. Y nos quedó una vez más que claro que nuestra realidad dista mucho del primer nivel planetario. Son muy jóvenes aún y de seguro seguirán marcando hitos, pero Tokio aún está lejos. Aunque las puertas no están cerradas. La tristeza es sólo pasajera. Talento para llegar lejos tienen por montón.

Cumplir los sueños de pequeño, y levantar un trofeo largamente añorado debe ser de las mayores satisfacciones para un deportista. Ser el mejor y que la multitud te aclame como parte de ese triunfo te eleva al Olimpo. Pero como la felicidad nunca es completa siempre pasa algo que hace que ese momento no sea perfecto. Charles Leclerc es uno de los pilotos jóvenes más talentosos de la Fórmula 1 y junto a Max Verstappen son considerados los futuros campeones de la competencia más exigente de la velocidad.

Leclerc, que es una de las apuestas de Ferrari, paulatinamente gana terreno y hay quienes ya lo candidatean para que sea el número uno de la escudería. Y el piloto de Mónaco rubricó todas esas expectativas este fin de semana al ganar en Bélgica. Su primer Gran Premio.

En el triunfo del monegasco en Spa-Francorchamps hubo dedos dirigidos al cielo y lágrimas de emoción, de mucha emoción. No eran por la victoria. Eran por el homenaje y dedicatoria a Anthoine Hubert, el joven piloto francés que un día antes había muerto en la carrera de Fórmula 2. Y como una maldición que pesa sobre Leclerc varios de sus cercanos han partido. Se hizo viral una foto de él junto a Hubert de cuando eran pequeños y ya vestían de pilotos. Recordó que el 2005 cuando comenzó en el Karting estaban ellos junto a otros dos amigos. Y no es primera vez que le pasa, el 2015 falleció el también corredor Jules Bianchi, una suerte de hermano mayor para Leclerc. "Nunca lo superé y no crea que lo haga".

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I can't believe it. Rest in peace.

Una publicación compartida de CHARLES LECLERC (@charles_leclerc) el 31 Ago, 2019 a las 10:01 PDT

La vida cuando golpea, lo hace y muy fuerte, y en ocasiones se ensaña. El 2017 el padre de Leclerc falleció a falta de dos días para que participara en el Gran Premio de F2 de Bakú, Azerbaiyán. Ganó. Pero el dolor no le permitió celebrar como era debido. Tal cual como en Bélgica este domingo. Su monoplaza en honor a su amigo decía en un costado "corriendo por Anthoine" y tras la victoria y con ojos llorosos expresó "ésta es por Anthoine, es difícil disfrutar un fin de semana así, es un sueño hecho realidad, y va quedar en mi memoria por más de una razón". Es que en la vida misma no todo es alegría.