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La columna de José Arnaldo Pérez: Le dicen los Guerreros… Y lo tienen merecido

El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa comentó el gran logro de la selección de balonmano.

La columna de José Arnaldo Pérez: Le dicen los Guerreros… Y lo tienen merecido
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Por José Arnaldo Pérez @Chascaperez

Es cierto, no lo niego, nunca lo he hecho, el fútbol para mí es el más bello de los deportes, pero no por eso quiere decir que me dejen de apasionar las otras disciplinas, por las cuales he explotado en júbilo de alegría y emoción en más de una oportunidad. Y una de estas actividades es el hándbol o balonmano.

En la década de los 80' se lo veía como un deporte alejado de los chilenos. En algunos compactos mostraban como los equipos de la Europa del norte y del este lo dominaban, léase suecos, húngaros, soviéticos y yugoslavos, por nombrar algunos. Además de la típica imitación luego de verlo en la televisión y jugarlo en la calle, más una que otra clase en el colegio. Se veía entretenido. Similar al fútbol, pero con las manos. ¿Y nuestra selección? Nada se sabía de ella... Pero la realidad te pone en el momento justo y sabes que algo grande puede pasar. Juegos Panamericanos de Santo Domingo del 2003 Chile y Uruguay frente a frente.

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Los antecedentes decían que nuestro país jamás había participado de un Mundial, menos en Juegos Olímpicos ni Panamericanos, que sólo habían jugado en un "Continental" específico en 1981. Nada más. Además al ver la lista de jugadores muchos jóvenes, muy jóvenes. Sin embargo, al ingresar al gimnasio para reportear el partido de inmediato emergió el "gigantón" del que nos habían hablado los analistas de "Chiledeportes" 2 metros 4 centímetros. Nos contaron que había hecho las inferiores en Barcelona, en España. Oneto su apellido. Caminando hacia la zona de prensa un amable ¡Hola Marco! Y él extiende la mano y saluda chocándola en un gesto amistoso. Pero no era sólo él. Me agregaron del talentoso "diez", que "maradonea" con el balón en sus manos, Emil Feuchtmann, que jugaba en Sao Paulo. Todos estos jóvenes dirigidos por el entrenador argentino Enrique Menéndez, el "gordo".

El partido inicia y lo que me dijeron de Marco Oneto y Emil Feuchtmann se queda chico. Le ganan a Uruguay sin problemas durante el primer tiempo. Jugadas muy vistosas y que sacan aplausos de la pequeña barra chilena, de algunos de las delegaciones adversarias, y los dominicanos neutrales que gozaban viendo los Panamericanos. Pero el "gordo" Menéndez no se veía tan feliz, como resultaba para la vista del resto el juego de la "roja". Aunque se van ganando al descanso. Y aquí la suerte de estar en unos Juegos de lindos estadios, pero organizados sin grandes restricciones, se pudo escuchar la charla completa del adiestrador: "vamos en serio o se las van a dar muchachos, ellos no tendrán problemas, se las van a dar". Uruguay en el segundo tiempo merced a su mayor experiencia y trayectoria revirtió el marcador y ganó. Tuvo razón Menéndez. Los jugadores en las entrevistas le dieron la razón al entrenador. Saben que se confiaron un poco, pero Emil Feuchtmann fue claro y dijo que estos errores les servirán porque viene un gran futuro para este deporte. Donde nada se había conseguido. Y el quinto lugar final fue un digno premio para comenzar a escribir la historia.

El crecimiento para ser sólido debe partir en la base firme. Y el balonmano nacional no desentonó. Clasificaron al Mundial Junior de Hungría del 2005, pero en un mal eterno de nuestro deporte no había recursos. Se las ingeniaron estos chicos y sus familiares para reunir fondos. Hasta que una automotora (mexicana, no chilena) creyó en ellos. Y sólo a cambio que en el torneo lucieran su logo. El llegar al campeonato ya era un premio. Pero ellos no se conforman con poco, y logran un triunfo histórico sobre el Congo por 28 a 27.

El 2006 trajo los Odesur con sedes en Buenos Aires y Mar del Plata. En esta última se jugó el balonmano. El bronce era el objetivo. Brasil y Argentina estaban muy lejos todavía. Como lejos estuvo Emil Feuchtmann que actuaba en el Huesca de España. No pudo estar en la primera fase. Pero se la jugó de lleno y llegó para la disputa del tercer puesto frente a Uruguay. Juan Manuel, el joven argentino encargado de la sede y que lo tuvo que ir a buscar decía, "y por qué insisten tanto ¿es Dios?" Sus compañeros al verlo llegar lo abrazaron. Y en cancha se respondió: medalla para Chile. Y Juan Manuel agregaba "este chico es un crack". De ese podio en los Odesur los nuestros nunca más se bajaron. En cada edición repitieron.

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El quinto puesto en los Panamericanos de Río 2007 no les agradó mucho. Querían más. Fernando Capurro como entrenador trabajó arduo y en el "continetal" del 2010 como locales obtuvieron por vez primera el bronce americano. También los pasajes al primer Mundial, que se desarrolló en Suecia el 2011. Una realidad inalcanzable hasta poco. Pero que pegó fuerte ya que el nivel de los del "primer mundo" fue muy superior. Pero en los Juegos Guadalajara 2011 vino la revancha, que pudo ser mayor, ya que un más que discutido arbitraje en la semifinal frente a Argentina los dejó fuera del Oro Panamericano, que la "albiceleste" – o "gladiadores" como se hacen llamar- terminó ganando a Brasil. Pero los nuestros que tomaron el apelativo de "Guerreros". No se desanimaron. Se hicieron fuertes en América, y siempre estuvieron entre los tres mejores de allí en más. Incluso en la propia Argentina en el Panamericano del 2016 dejaron a los locales terceros, y supieron lo que era ser segundos. Un nuevo paso adelante. Que incluso las damas y selecciones menores han sabido corresponder yendo a torneos internacionales de forma frecuente.

Este fin de semana, y bajo la conducción del español Mateo Garralda, clasificaron en Groenlandia al quinto mundial consecutivo. Leyeron bien. QUINTO CONSECUTIVO. En la definición por ese cupo empataron con los anfitriones a 31 en el tiempo regular, pero en el agregado aplastaron con un 39-36. Alemania y Dinamarca serán la sede en enero próximo. Chile quedó en el grupo C junto a los locales (actuales campeones Olímpicos), Noruega (vice campeón Mundial), Austria, Túnez y Arabia Saudita (los mismos que en el Mundial del 2017 en Francia con una victoria de 26-25 les impidieron por vez primera llegar a segunda ronda). ¿Será una nueva revancha? Tal vez, porque estos "Guerreros" nos han acostumbrado en sólo 15 años a ir sólo hacia delante.