La columna de José Arnaldo Pérez: Japón y los pentacampeones
El periodista de Al Aire Libre repasó el título que conquistó Marc Márquez en el Moto GP y su similitud con el Mundial de Ronaldo en Japón.
Por José Arnaldo Pérez, @Chascaperez
Comenzaba la mañana del domingo, y los primeros rayos iluminaban el día. Los amantes del deporte estaban expectantes porque querían saber quién resultaba campeón del mundo. Con 25 años terminó siendo la figura excluyente.
Idolo para toda una generación que la historia sabrá recordar como un fuera de serie. Ronaldo es su nombre, su deporte el fútbol, y los suyos gritaban "pentacampeón". Algo similar sucedió en las últimas horas, en tierras niponas otra figura con iguales 25 años obtuvo su quinto título planetario, pero ahora en las motos: Marc Márquez.
El piloto español rompió en Japón muchas marcas. Se convirtió en el piloto más joven en alcanzar las cinco coronas. Antes, con 26 años, el récord lo poseía otra leyenda, el italiano Valentino Rossi.
A Ronaldo le pasó algo parecido ya que al anotar en la final dos goles a Alemania hizo trizas la "maldición de Lato", puesto que desde que el astro polaco hizo siete goles en Alemania '74 nunca más un artillero igualó o superó ese registro. Hasta que el "garoto" alcanzó ocho. Y ocho también han sido las carreras que esta temporada le permitieron a Márquez ser una vez más el mejor de todos.
Marc Márquez desde muy pequeño se enamoró de las motos, ya que le regalaron una a los cuatro años, y sus padres se percataron que de allí no lo bajaban más.
En sus primeros pasos rumbo al profesionalismo por conducir motos que pesaban el doble que él, le compararon con una hormiga, que es capaz de levantar hasta cien veces su peso. Además le destacaban su voluntariedad y espíritu de trabajo, por lo que el paralelo con el insecto se intensificó. Por eso usa la imagen de hormiga en su caso. La acogió como mascota.
Ronaldo cargó desde muy joven con la comparación con otros grandes futbolistas, incluso cuando Brasil obtuvo el Mundial de Estados Unidos en 1994, donde él fue parte, aunque sin jugar, llevó a muchos a realizar un paralelo con Pelé que también con 17 años dio su primera vuelta olímpica en una cita planetaria.
Márquez, por igual en su estreno en la máxima categoría, sorprendió y se proclamó de inmediato monarca con tan sólo 20 años. Y también comenzó a cargar con el peso de si sería tan bueno como llegaron a ser otros históricos como Michael Doohan, Giacomo Agostini o el mismo Valentino Rossi.
En Chile hubo períodos lejos de Ronaldo, sobre todo en su campaña en el Eindhoven, de los que no se supo mucho, pese a que descollaba, hasta que en Barcelona fue reencontrado por nuestro público y llenó la vista de los amantes del fútbol, que le conocieron como fenómeno.
Y Márquez en Montmeló, también Barcelona, se dio a conocer, ya que con 14 años logró su primera pole position. Y de allí, al igual que en su moto, sólo aceleró en su carrera.
A Brasil siempre se la ha exigido ser campeón del Mundo, porque es el que más títulos tiene. Lo mismo pasa con la escudería Honda, por eso no es de extrañar la presión que sobre los que allí compiten se deja caer.
Pero dicha presión los verdaderos escogidos la sobrellevan sin dificultad alguna. Y el favoritismo, más que ser una mochila que los arropa y cubre, con exigencias adicionales, ellos se la sacan, y tal cual Ronaldo, el mismo día que Chile se empelotaba para una foto de Spencer Tunick y el artillero del "Scratch" se llenaba de gloria en Japón, Marc Márquez desnudó de posibilidades a sus contrincantes, fue más rápido y les hizo saber que en tierras niponas se escribe la historia de los pentacampeones.