Columna de Manfred Schwager: Problemas bajo los tres puntos
El periodista de Al Aire Libre en Cooperativa analiza la participación de la Rojita en el Premundial.
Apenas tres puntos bastaron para dejar a Chile sin su primera participación en un campeonato mundial de básquetbol sub 19. Tres puntos que marcaron la diferencia en la derrota ante Puerto Rico en el Premundial que se disputa en Canadá, donde sólo queda buscar consuelo en el quinto lugar continental.
El marcador final refleja muy bien lo estrecho y peleado del partido, cuyo resultado estuvo en suspenso hasta los últimos segundos de juego. Algo que no necesariamente debió ser así, con un Chile que se fue al descanso 10 puntos arriba, que incluso aumentó a 12 esa diferencia, pero que luego pasó cuatro minutos sin sumar canastas para dejar que sus rivales se acercaran y los terminaran superando en el marcador.
Esta derrota chilena se explica por los problemas que tuvo el equipo tanto en defensa como en ataque. Las falencias en el primer aspecto son fáciles de detectar, con muchas canastas en la pintura entregadas al rival en momentos clave debido a desatenciones en la marca asignada o en la rotación para cubrir al hombre libre.
El último minuto entrega dos ejemplos de manual: un triple anotado al filo del reloj de posesión que dejó el marcador 61-66, con el lanzador libre tras una fallida marca en zona que concentró a todos los jugadores alrededor del aro; y luego una clavada también sin marca que puso el 65-68 final, luego que toda la defensa se enfocara en interrumpir a quien llevaba el balón, olvidando las asignaciones defensivas.
En un partido donde la faceta defensiva del equipo nacional incomodó y obligó a que los portorriqueños cambiaran parte de su propuesta, esos pequeños momentos de duda o confusión fueron la puerta para dejar escapar puntos que a la postre resultaron decisivos.
El ataque chileno, en tanto, sufrió con la falta de precisión de sus lanzadores a lo largo del partido. Llama la atención la poca efectividad desde la línea de lanzamientos libres, donde se consiguió 12 puntos de 25 posibles en una de las facetas a las que siempre se debe recurrir en partidos tan cerrados como este.
Lo anterior no debe echar al olvido las fallas en los tiros de campo, en que apenas se sobrepasó el 39 por ciento de efectividad. El equipo chileno sufrió particularmente con los lanzamientos de dos puntos, muchas veces forzando intentos complejos para buscar la falta antes que encontrar al compañero en mejor posición. Eso, cuando la presión rival no hizo perder valiosos segundos en el armado de cada jugada.
Es cierto que todos estos aspectos se pueden mejorar. Pero hoy, mirando sólo esta derrota ante Puerto Rico, son las causas que dejan a esta generación de jugadores sin poder disputar el Mundial de su categoría. Seguirán aprendiendo, ganando experiencia y puliendo su talento para dar el salto y aportar a la selección adulta en el futuro. Sin embargo, queda la espina clavada de no verlos contra los mejores basquetbolistas del mundo bajo los 19 años de edad. Todo por esos tres puntos.